Ago 31, 2024 / 23:39

Diseccionan canon de belleza femenino en el Museo Nacional de San Carlos

¿Cuántos centímetros debía medir la cintura de una mujer en el siglo XIX para expresar su posición social?, ¿cuál fue la función de la lechuguilla, el polisón y el corsé en los atuendos del siglo XIX?, ¿qué tanto se modificó el concepto de cuerpo y de belleza en los últimos tres siglos?

La respuesta a algunas de estas preguntas podrá hallarse en la muestra Representaciones femeninas en transformación, que abre hoy al público en el Museo Nacional de San Carlos (MNSC), con obra de artistas como Emilio Amero, Alberto Garduño, Ángel Zárraga, Raúl Anguiano, Pelegrín Clavé, Joaquín Sorolla, Jorge González Camarena e ilustraciones de Ernesto El Chango García Cabral, entre otras más.

MÁS DE 100 PIEZAS, AL ALCANCE DE LOS VISITANTES

La exposición, dividida en cuatro núcleos temáticos y que permanecerá abierta hasta febrero de 2025, exhibe poco más de 100 piezas entre óleos, grabados, fotografías, vestidos, revistas y parafernalia femenina, como las muñecas Barbie (vestidas de bombera, astronauta, piloto, corredora de autos y candidata política), utilizada como objeto de emancipación femenina.

Tomando como base la colección de pintura del MNSC de finales del siglo XIX y principios del XX, hicimos un recorrido visual que muestra la representación del cuerpo femenino y de la cultura femenina a lo largo de los siglos XIX y XX, a través de distintos medios como puede ser la pintura, la publicidad, la moda los accesorios, y la idea es mostrar la evolución de la figura y el cuerpo femenino”, detalló en entrevista Ana Elena Mallet, cocuradora de la muestra.

Para mí era un sueño poder hacer este maridaje entre pintura y moda. Tenemos buena parte del vestuario de indumentaria de la colección de Rodrigo Flores, con piezas que representan el corsé, el polisón y esta idea de cómo ha ido evolucionando la figura femenina a través de la moda, la publicidad y la ilustración”.

EL CORSÉ, EL GRAN TIRANO DE LA MODA

De acuerdo con la muestra, el corsé fue el gran tirano de la moda durante siglos, el cual sostenía el busto y acentuaba la cintura ejerciendo presión en el torso, el cual alcanzó su apogeo en el siglo XIX. Mientras que el polisón era una especie de armazón que, atado a la cintura, utilizaban las mujeres para abultar los vestidos en su parte posterior, elaborado con crines de caballo, barbas de ballena, aros metálicos y telas almidonadas. Y la lechuguilla, que fue un accesorio distintivo en la moda del siglo XVI y XVII, era una estructura rígida que rodeaba el cuello de hombres y mujeres.

Posteriormente, explicó Mallet, “para hablar de la mujer que se libera y cómo está pensando en no sólo ser ama de casa, sino salir a la calle y comerse el mundo, para eso tenemos una colección de Barbies profesionistas que muestran ese momento, junto con fotografía, pintura y prendas; es una exposición muy completa, que más que ser una muestra de pintura es una exposición de cultura visual que invita a reflexionar mucho sobre lo que ha pasado y lo que tiene que ver con la actualidad”.

En suma, la muestra –cocurada con Pilar Obeso y Mariano Meza– disecciona el canon establecido de belleza y su evolución a lo largo de los últimos tres siglos. Y parte desde la manera como fue representado el acoso, en la pintura Susana y los viejos, proveniente del taller de Pieter Paul Rubens (1636), que se repite en Júpiter y Antíope, pintada por un autor no identificado y que data del siglo XVIII.

Lo que estamos viendo aquí es una pieza de corte mitológico que, en aquel momento, eran pedidas por las cortes para adornar los cuartos a donde los hombres se podían meter, principalmente, a disfrutar de su sexualidad, mientras veían estas escenas, donde la mujer representaba quietud y pureza, con una piel blanca, mientras que la maldad y lo maligno era representado con una piel oscura”, apuntó Mariano Meza.

La muestra también incluye la evolución de la moda y cómo la mujer transformó su físico a partir de protocolos y reglas sociales, pero siempre supeditada a su condición civil, lo cual determinó su comportamiento y representación en el espacio público y privado, hasta que en los años 70 del siglo XX alcanzó un periodo de emancipación y autonomía femenina, a través de prendas, obras plásticas y representaciones cinematográficas que celebraron el cambio radical en la estética femenina y la apertura a la libertad de elección y expresión.

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