Sep 30, 2021 / 11:56

Con fiesta popular abre el Cencalli, museo del maíz

Para inaugurar el Cencalli en el complejo cultural Los Pinos, la secretaría de Cultura federal hizo del día una fiesta, y en Tlaxcala, estado con mayor diversidad de razas de maíz, se pusieron los reflectores.

En la fiesta como tal abundó la cultura popular, sector que más impulsa esta administración. Y al acto oficial de apertura asistieron funcionarios, activistas, campesinos, indígenas y promotores de la cultura del maíz.

Entre lágrimas, la secretaría Alejandra Frausto dio por inaugurada La Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria, hacia las 18:30 horas de ayer.

Alrededor del Cencalli hubo música, danza, cantos y venta de artesanías populares; incluso, desde Tlaxcala —estado que será el primer invitado formal del Cencalli— llegó una camada de 12 parejas de su carnaval, danzantes y mujeres jóvenes que se convirtieron en las figuras en torno de las que los curiosos se tomaron la selfie del día.

A pesar de la fiesta que se prolongó toda la tarde, sólo hasta después del acto protocolario los visitantes, músicos y artesanos que aún permanecían en Los Pinos pudieron acceder al edificio, pues primero debían pasar los funcionarios e invitados.

A la secretaria Alejandra Frausto la acompañaron en el presidium el arquitecto Óscar Hagerman —autor del concepto arquitectónico en el antiguo Molino del Rey, hoy Cencalli o Casa del maíz—; el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas; el director del IMSS, Zoé Robledo; la titular de la Semarnat, María Luisa Albores; el director del INAH, Diego Prieto; el director de Culturas Populares, Mardonio Carballo; la directora del Cencalli, Dulce Espinosa; representantes de varias comunidades, y el titular de Cultura de Tlaxcala, Antonio Martínez Velázquez; Tlaxcala (también aquí) será el primer estado invitado del programa.

Un guardián de semillas, José Cornelio Hernández, del Consejo Cencalli en Ixtenco, Tlaxcala, demandó que sean sujetos de reivindicación histórica los nombres del maíz y añadió al final de su participación que aunque están a favor de programas de mejoramiento genético, no comparten las ideas sobre modificación de las semillas.

59 RAZAS y miles de variedades conforman la diversidad del maíz. Hay cónicos, alargados, de granos opacos, palomeros, pozoleros…

Fue un acto de múltiples intervenciones que se prolongó, mientras el público esperaba para ingresar al edificio, lo que sólo fue posible hasta después de las siete de la noche. Un acceso complicado por las medidas sanitarias, pues sólo podía hacerse en pequeños grupos.

Hay además objetos artesanales, como vasijas y guajes, dispuestos para que el público los aprecie. Contenidos
Para la Casa del Maíz y Centro de Cultura Alimentaria se restauró e intervino el que fuera el Molino del Rey, único edificio histórico en Los Pinos, con casi 500 años de historia y primer molino en América; los trabajos en el edificio fueron obra del arquitecto Óscar Hagerman. Es muy notable la obra del arquitecto en este edificio que estuvo mucho tiempo olvidado.

La Secretaría de Cultura destinó 60 millones al proyecto que tiene como curadora a Cristina Barros, quien no pudo asistir al evento de apertura.

En entrevista telefónica, la investigadora definió el proyecto como un espacio que busca abarcar todo el universo que el maíz representa, no sólo para México, sino para otros países.

El público en general pudo ingresar al edificio después de las siete de la noche.

El espacio es de grandes dimensiones; tiene una planta baja y cuatro pisos; las escalera al centro conduce a salas de ambos lados. Entre sus énfasis destaca la historia, la domesticación del maíz, la milpa y otros proyectos de cultivo similares, cómo es cultivado en la actualidad en diversas formas tradicionales y además contrasta esto con la agroindustria. Esta organizado en varias salas en la planta baja y los cuatro pisos del inmueble que son: Origen y diversidad del maíz, La Milpa, La Nixtamalización, La Cocina del Maíz, El Maíz dos realidades —sistemas tradicionales agroecología frente agroindustria—, Valor simbólico del Maíz y Arte por el maíz, donde se presentan obras de artistas contemporáneos, como es el caso de intervenciones que hizo Francisco Toledo.

Mujeres danzantes de Tlaxcala llegaron al Cencalli para darle el toque de fiesta al evento, pues todos querían las selfie con ellas.

El museo es bastante grande; su carácter es didáctico, lo cual se resuelve con recursos como fotografías, textos informativos para cada sala, videos y algunos recursos multimedia.

Se exponen fotografías, piezas prehispánicas, guajes y también objetos artesanales hechos para el propio Cencalli.

La Casa será un centro con exposiciones temporales, investigación y programa con estados invitados, el primero: Tlaxcala.

“Es el cereal que más se siembra. Se ha convertido en moneda de cambio. Se le ha despojado de valor cultural por la agroindustria”
Cristina Barros, curadora de la Casa del Maíz

El discurso del museo quiere resaltar cómo sigue habiendo nuevas especies de maíz en México; la diversidad de 59 razas y miles de variedades; los sistemas de policultivos como la milpa y las terrazas andinas.

Otros énfasis son la biología del maíz, la nixtamalización, en los sistemas agroecológicos que están dando grandes resultados en México. Se contextualiza con información sobre el impacto de la agricultura tradicional: de acuerdo con la FAO, 70% de la alimentación en el mundo depende de los agricultores tradicionales.

El sitio también presenta fotos alusivas al maíz.
Entre las piezas artesanales figura una mesa de ceremonia al Cha’a Chaak, como las usadas para pedir a las deidades que permitan el inicio del cultivo, y un arco de semillas hecho en Tepoztlán, donde se muestran festividades del ciclo agrícola; también trabajos huicholes con estambres sobre madera acerca del valor sagrado del maíz, un tenango con el ciclo de la milpa; cuadros de semillas de criadores de Ixtenco.

También aparecen fotografías históricas y contemporáneas; obras de arte de artistas contemporáneos asociadas a las campañas en defensa del maíz originario en contra del maíz transgénico, como una de Javier del Cueto, 500 mazorcas contra el maíz transgénico, o dos esculturas de Damián Ortega y obras de Elizabeth Ross.

En los primeros pisos la información se soporta más en reproducciones de fotografías y paneles. En el último se encuentran varias obras artesanales y contemporáneas, y en los muros de este piso se dejó la piedra como era original mente”.

Entre las piezas destaca un arco de semillas hecho en Tepoztlán, con las festividades del ciclo agrícola.
Sobre el tema del maíz, Barros enfatizó en entrevista: “Es el cereal que más se siembra. Se ha convertido en moneda de cambio. Se le ha despojado de valor cultural por la agroindustria (la que produce alimento para ganado hacinado). Lo que ocurre ahora tiene su origen en malas decisiones que tenemos que revertir. Pero lo que está pasando también es que estas formas sustentables como la milpa, la chinampa, y toda la agricultura familiar se fortalecen. Es una agricultura viva: 70% de la alimentación del mundo depende de la agricultura familiar según la FAO”.

Con información de: eluniversal.com.mx

CD/JV

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