La arquitectura responsable y su huella con el medioambiente: Edificaciones por descubrir en la CDMX

México.-Ante la crisis climática, la arquitectura y el diseño urbano también deben adaptarse para dejar de construir nuevos edificios y reutilizar los existentes dentro de una ciudad. La ONU Hábitat señala cómo el clima entre edificios y al interior de los mismos influye en la calidad de vida de las personas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó en 2023 un informe en el que señala que la acelerada urbanización de las ciudades en todo el mundo hará que cada cinco días, en las metrópolis, se agreguen nuevos edificios responsables del 37% de las emisiones globales.
El informe se publicó el 12 de septiembre de 2023 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro Yale para Ecosistemas + Arquitectura (Yale CEA), en colaboración con Alianza Global para Edificios y Construcción (GlobalABC).
Ahí se presenta una serie de soluciones para descarbonizar el sector de edificios y construcción, y reducir los residuos que genera.
Para alcanzar esa descarbonización de los materiales de construcción, el informe Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro, señala que se deben aplicar tres estrategias importantes y en conjunto:
1.-Evitar la extracción y producción innecesarias.
2.-Cambiar a materiales de construcción renovables.
3.-Mejorar la descarbonización de los materiales de construcción convencionales.
Según datos del Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH), la Ciudad de México cuenta con diez edificios que superan 190 m de altura; entre ellos se encuentra la Torre Reforma, que mide 246 metros; la Torre BBVA. con 234.9 metros; y la Torre Mayor, con 225 metros.
Descarbonizar los edificios
El informe de la PNUMA y Yale CEA ofrece a fabricantes, arquitectos, desarrolladores, ingenieros, constructores y recicladores una solución para reducir las emisiones de “carbono incorporado” y los impactos negativos en los ecosistemas naturales derivados de la producción y el despliegue de materiales de construcción.
Benjamín Romano es arquitecto en la Ciudad de México y fundador de LBR&A Arquitectos, una firma con 40 años de experiencia en proyectos arquitectónicos.
En entrevista para Animal MX explica que dentro del contexto en el que se encuentra nuestro planeta, el sector de la arquitectura dejará de construir y, en consecuencia, se adaptarán nuevos espacios.
Para Romano es atractivo hablar de arquitectura amigable con el entorno, ya que considera interesante la forma en cómo ha evolucionado esta práctica en las últimas décadas.
“Me interesa mucho porque en la arquitectura, desafortunadamente, desde mitad del siglo pasado, nos encandilaron a hacer estas cajas de cristal que son totalmente enemigas con el entorno. El cristal es totalmente transparente al frío y al calor, y eso lo resolvieron a mediados del siglo pasado con cuartos de aire acondicionado”, explica.
Un artículo de la ONU-Hábitat sobre Arquitectura y diseño urbano menciona cómo las prácticas sustentables de ambos sectores pueden combatir los efectos del clima en la ciudad, siempre y cuando se tengan en cuenta las condiciones de cada lugar.
El acondicionamiento a una edificación acorde con las condiciones climáticas de una región dará como resultado que las viviendas aprovechen mejor los rayos de sol y evitarán las fuertes corrientes de aire.
Incluso, en las personas también habrá un cambio benéfico, ya que pasarán más tiempo en las calles, aún en días de lluvia y frío. Ante esto, la ONU Hábitat sugiere que una planeación adecuada favorece la calidad urbana y de vida en la ciudad.
Ante esto, Benjamín Romano habla del uso y costos del aire acondicionado dentro de un edificio, al explicar que este elemento tiene la cualidad de ser sumamente contaminante.
En cifras, dice que “del 100% de monóxido de carbono que se produce en el planeta tierra, el 38% es por culpa de la arquitectura y ese número, no puede seguir existiendo”.
Romano recuerda que de la arquitectura del pasado quedan edificios sin tanto acristalamiento. Esos diseños protegían mucho el entorno del frío y del calor, de los vientos y del polvo.
“La arquitectura de cristal es muy frágil a todas esas cosas y muy contaminante”, señala.
Del cristal a ser amigable con el entorno
Dentro de los proyectos de la firma LBR&A Arquitectos se encuentra la Torre Chapultepec y la Casa CH73, la Torre Tres Picos, la Biblioteca Vizcaínas y, más recientemente, la T2 del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta, donde cada edificación conlleva un proceso rumbo a la descarbonización.
“Yo mismo debo confesar que hice una torre de cristal espejo. Es la Torre Chapultepec. La hice en la esquina de Reforma, en Arquímedes y Rubén Dario. Yo me dejé llevar por esa tendencia y estamos hablando del año 87. Luego, con el tiempo, me fui haciendo consciente de esta irracionalidad de tener que temporizar, de poner una temperatura a tu espacio artificial y eso es lo que está mal. Sí la puedes tener si no estás consumiendo energía”, señala el arquitecto.
Dentro del proceso en las nuevas adaptaciones a sus construcciones, Romano comenzó a dejar la infraestructura de cristal hasta hacer una nueva edificación: la Torre Tres Picos.
Ese edificio tiene dos fachadas portantes de acero que funcionan como termos. Esta adaptación en la construcción les ha permitido tener una demanda muy baja del consumo de energía para el aire acondicionado.
Después nace la Torre Reforma, un edificio del que recibió asesoría por la Universidad de Pensilvania de Estados Unidos y que fue terminado en el año 2016.
“Me ayudó a entender cómo este edificio podía consumir menos energía de la que demanda un edificio de esta categoría para su funcionamiento”, señala.
Aunque en la Torre Reforma hay consumo de energía eléctrica para el edificio, Romano señala que en la Ciudad de México llegan a tener 24.5% menos de consumo de energía que la Torre Bancomer, la Torre Mayor o cualquier otra.

Palacio Nacional, un edificio amigable con el ambiente
En la CDMX es posible encontrar otras edificaciones amigables con el ambiente, es decir, que no cuenten con un sistema de aire acondicionado. Una de esas, según comentó el arquitecto, es el antiguo edificio de Palacio Nacional.
“En esos edificios, la mampostería, la arquitectura y la apertura hacia el exterior es tan fuerte, tan potente, que la temperatura se conserva dentro. No estuvieron pensados así, pero una arquitectura como esa que es transparente y que no se calienta, podrás notar que en las fachadas (…) esas parteluces bloquean el sol y no entra, lo rechaza”, añade.
El arquitecto agrega que no se necesita de una arquitectura cerrada como la de Palacio de Gobierno para ser amigable con el ambiente, pero sí puede ser transparente y protegida.
“Ahí es donde me refiero a que la arquitectura actual o la que se hizo a finales del siglo pasado y es de cristal, la podemos proteger y minimizar el consumo de energía”, detalla.
Sin embargo, la tendencia por construir edificaciones cada vez más altas comenzó con el edificio de la Lotería Nacional en 1933. Esta construcción tardó 13 años en realizarse, según información disponible en el sitio del Gobierno de la Ciudad de México sobre los rascacielos de la capital.
¿Cómo debe ser un edificio amigable con el ambiente?
La ONU Hábitat menciona que en el sector construcción, los factores climáticos influyen en el confort y la posibilidad de estar al aire libre en las ciudades. Estos elementos son decisivos y ni la arquitectura ni la planeación urbanística deben obviarse.
La construcción de edificios altos, por ejemplo, genera extensiones de sombra y fuertes vientos en calles y plazas, por lo que no son recomendables en lugares donde hace poco sol o mucho viento.
Otro elemento a considerar es el clima entre edificios y cómo afecta al interior de los mismos ya que, esto influye en la calidad de vida de las personas.

Por ello, la ONU Hábitat sugiere que se debe hacer una planificación cuidadosa sobre el clima como una labor obligatoria para toda edificación nueva.
En ese sentido, las ciudades tienen la posibilidad de crear mejores espacios para disfrutar del sol y la sombra, de la lluvia y del viento, acorde con el ambiente de una región.
Benjamín Romano menciona que en la actualidad se requiere de una arquitectura que entienda el entorno ecológico, no solo desde el uso de la energía, sino también del uso del agua.
Resalta que un edificio no debe tener un exceso de consumo de agua y para lograrlo, desde la firma de arquitectos de la que es fundador, incorpora en sus proyectos el tratamiento de agua para tener su máximo aprovechamiento. El acopio de materiales también es parte del trabajo que realizan al no contaminar.
“Cuando tu haces un edificio (…) es muy importante tener vistas al aire libre, vistas al exterior, muy importante las terrazas”, añade.
Con información de: Animal MX
CD/AT
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