Sep 17, 2022 / 20:46

UNAM reconoce el patrimonio de murales en la Facultad de Artes y Diseño

CDMX.- En el marco de los 100 años del movimiento muralista en México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Instituto de Investigaciones Estéticas, continúa con la difusión y el reconocimiento de distintos murales que se han consolidado como patrimonio cultural de esta casa de estudios, de los cuales "Mural en cerámica I" y "Mural en cerámica II", de Luis Nishizawa; y "Apoteosis de Don Manuel Tolsá y las Musas románticas", de Gilberto Aceves Navarro, enriquecen los pasillos de la Facultad de Artes y Diseño (FAD).

"Mural en cerámica I" y "Mural en cerámica II" fueron creados en 2005 por Nishizawa, discípulo de los maestros muralistas Alfredo Zarce y José Chávez Morado.

“Una de las partes más interesantes de la obra de Luis Nishizawa es que logró una disciplina de dos grandes culturas, la mexicana y la japonesa. Esto hizo que él tuviera un tema complejo dentro de su desarrollo como artista”, consideró Mercedes Sierra, profesora del posgrado en la FAD, en entrevista.

Los dos murales destacan por haber sido realizados en cerámica a alta temperatura, junto a sus trazos azules y verdes de diversas tonalidades. Para Sierra, es un trabajo que demuestra las habilidades artísticas de Nishizawa:

“En esta obra lo que vemos es un entretejido que parece emular un petate o un tipo de construcción mesoamericana, de la que siempre el maestro estuvo cerca. Lo que observamos no es una narración o una construcción gratuita, sino el resultado de todo un estudio anterior para conseguir este tipo de proceso más allá de la ejecución en cerámica a la alta temperatura”, concluyó Sierra.

Por su parte, el mural "Apoteosis de Don Manuel Tolsá y las Musas románticas", creación del artista plástico Gilberto Aceves, quien fuera asistente de David Alfaro Siqueiros mientras trabajaba en los murales de la rectoría de la UNAM, marca su impronta por varios muros y techos de la FAD; la obra combina diversas técnicas a lo largo de su extensión, como pintura y el fundido de materiales con particulares tonos rojizos y ocres; la obra fue inaugurada en 1982.

Para Blanca Gutiérrez Galindo, profesora de posgrado de la FAD, este mural invita al espectador a ser experimentado, no solo observado.

“Fue hecho desde una nueva forma de hacer arte que va más allá de la pintura o las bellas artes, propone que la experiencia del espectador sea corporal completa, que las imágenes y la materialidad del espacio envuelvan, mientras que los murales que están en un solo muro por lo general exigen al espectador una mirada contemplativa”, comentó la académica en una entrevista para la Gaceta UNAM.

Para la especialista, el título de la obra responde a la personalidad “emotiva” de Aceves y, agregó, al acercamiento del artista a la historia del arte.

“Aparte de ese contenido emocional también hay una especie de actualización de un momento histórico muy importante de la Academia de San Carlos: cuando llega Manuel Tolsá a México con este cargamento de esculturas clásicas, copias de los originales romanos se pueden apreciar allí en el edificio de la Academia”.

“La emoción con el cuerpo, las sensaciones son realmente las formas que uno alcanza a ver y que le dan a uno la idea del tema. Si uno no sabe el título, es muy difícil imaginar que es una obra dedicada a un artista del siglo XVII. Las formas ahí elaboradas no son representativas, sino alusivas de una manera muy sutil, líneas, bloques, chorreados, perforaciones, clavados. Todo eso está ahí ensamblado, aludiendo a la idea de apoteosis. Es un encuentro del artista con sus musas, con sus propias ideas creativas”, concluye la especialista.

Con información de: eluniversal.com.mx

CD/JV

Únete a nuestro canal de Whatsapp y entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Notas del día: