Hoy, como casi todos los días el grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento (MAS) anuncia que en 30 colonias de de la ciudad a de Veracruz no habrá agua.

Que esperará la legislatura del Estado para revisar la “licitación” otorgada en tiempos de Javier Duarte como gobernador y Ramón Poo de alcalde al corrupto grupo de Odebrecht; que según un artículo de Plumas Libres este consorcio ya vendió la concesión del agua al poderoso grupo “Acciona”; ya convertido en monopolio al manejar el mismo rubro en Boca del Río y Medellín.

Los expertos en sistemas hídricos ya han cuestionado que desde la propuesta del grupo MÁS para adjudicarse el negocio del agua advirtieron que las inversiones que prometieron eran mínimas en relación con las fuertes costos que se requerían para que se solventara el problema del suministro del vital líquido.

Sin ser conocedor o técnico; tan solo con ser usuario de los servicios que mal presta MÁS se da cuenta el ciudadano, que sufre del deficiente distribución del agua, lo pésimo e ineficaz que ha resultado la administración del grupo MAS.

No está por demás citar lo que dice la ONU al referirse al Derecho Humano al agua y al saneamiento:

“El acceso a servicios de agua potable y saneamiento seguros, asequibles y fiables son derechos humanos básicos. Son indispensables para sostener medios de vida saludables y mantener la dignidad de las personas. Los derechos humanos al agua y al saneamiento son esenciales para erradicar la pobreza, construir sociedades pacíficas y prósperas y garantizar que "nadie se quede atrás" en el camino hacia el desarrollo sostenible”.

De tal suerte que, tanto el municipio como el gobierno del Estado deben recuperar la administración del agua y saneamiento ante tan rotundo fracaso de la empresa encargada. Y, ahora convertida en monopolio.

¿Será que dentro de las cláusulas se estipuló que Odebrecht pudiera vender la concesión “ganada” y así obtener beneficios adicionales?

El silencio de la alcaldesa de la ciudad de Veracruz Patricia Lobeira en el tema del agua de Veracruz pudiera interpretarse como una actitud irresponsable ante tanto sufrimiento de la población en general y sobre todo la más vulnerada.

No estaría por demás que veracruzanos se apostaran en Palacio Nacional para exigir la extinción de la concesión del agua y saneamiento a empresarios voraces e irresponsables.

CD/MF