Abr 14, 2025 / 03:30

Tratado de Aguas de 1944: cuál es el origen del acuerdo entre México y EU

Desde 1906 ambas naciones han establecido un acuerdo binacional para poder repartir el agua del Río Bravo y Colorado de acuerdo a las necesidades de cada país

Junto a la guerra territorial que desplazó y mató a miles de inocentes en el mundo, también llegó la necesidad de los gobiernos de obtener el mayor porcentaje de espacios marítimos para demostrar su poder frente a los demás y lograr expandirse a otras latitudes. Esta problemática en América resultó en un acuerdo entre México y Estados Unidos para distribuir la propiedad de los ríos que comparten ambos países, al cual llamaron “El Tratado de Aguas de 1944”.

Como socios comerciales y vecinos territoriales, México y Estados Unidos firmaron un acuerdo diplomático para establecer la distribución del agua existente en tres ríos que atraviesas por ambos países; El Río Bravo, Colorado y Tijuana.

Desde 1906, ambos gobiernos firmaron el primer pacto binacional que fue llamado “El Tratado de Agua para el Valle de Juárez” donde se le asignó de manera anual a México, cerca de 74 millones de metros cúbicos del río Bravo. No obstante, está cantidad fue modificada en 1944, con la firma y entrada en vigor del Tratado Internacional de Aguas.

A partir de este año, México tendría que entregar de manera anual, 432 millones de metros cúbicos del agua del río Bravo, mientras que Estados Unidos estaría obligado a entregar a México mil 890 millones de metros cúbicos de agua de la cuenta del Colorado.

Los desacuerdos y conflictos entre México y EU por el agua
Con un vistazo rápido, México recibe aproximadamente cuatro veces más agua de lo que debe de entregar a su vecino del norte, situación que no parece gustarle al gobierno estadounidense.

De acuerdo con los reclamos realizados por EU, México le debe grandes cantidades de agua misma que se había establecido sería recaudada en la cuenca de Conchos en Chihuahua para ser asignada al gobierno estadounidense en un plazo de cinco años.

El agua que se traslada a la presa de Conchos y a su vez a las presas internacionales “La Amistad” y “Falcón”, situadas en la parte baja del río Bravo, también es propiedad de usuarios agrícolas que con anterioridad habían adquirido una concesión para unidades de riego. Por lo que la cantidad planeada por el gobierno mexicano no se podía alcanzar en su totalidad debido al faltante otorgado al sector agrícola, y era asignada por partes al gobierno estadounidense.

Sin embargo, esta clara necesidad sí habría sido planteada en el Tratado de Aguas, donde se acordó que de los escurrimientos provenientes del Conchos y cinco lugares más, un tercio de esa agua corresponde a Estados Unidos y el restante a México para abastecer a sus concesionaros agrícolas y de la ribera.

Con información de: El Sol de México

CD/JB

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