Jul 11, 2022 / 00:46

Siete tipos de políticos soberbios

El soberbio con poder. Es el político con la soberbia más ostentosa. Siempre cae en la trampa inevitable de la adulación. Termina creyéndose un político superior. Se sabe poderoso y asume poses propias de la vanidad que da el poder. Se cree sabio, indestructible y encantador. Cree que la gente lo recordará como un gran político. Cree.

El soberbio modesto. La modestia en política es una apariencia. Es una de las caras disfrazadas de la soberbia. Es una humildad maquillada para atrapar incautos. Aparenta desinterés por el poder, para acercarse más a él. Para ejercerlo sin las consecuencias que tiene el que ejerce el poder con ostentación. 

El soberbio encubierto. Sabe que el poder no siempre es público. Es el político que echa a su jefe por delante, para que él reciba los golpes. Maneja todo en la oscuridad, y de manera tenebrosa. Está detrás del poder, pero también lo ejerce. Es dócil con el que manda, pero implacable con los subalternos. 

El soberbio nostálgico. Es el que siempre nos recuerda que fue grande. Que libró batallas políticas que ahora nadie ganaría. Habla de un pasado épico en donde siempre fue el héroe. En una mesa siempre acapara la conversación. 

El soberbio novato. Le llega el cargo o el poder sin gran esfuerzo. Piensa que es por su capacidad y su arrojo. Su carisma. Cree saberlo todo. Desdeña la experiencia de los otros. No escucha consejos. No sabe que no sabe lo que debería saber.

El soberbio cómodo. Piensa que el poder no tiene costos. Que solo es para disfrutarse. Andar de gira y en viajes. En la fiesta. Pero en política, dice la letanía, no hay vacíos. Si el que manda no ejerce el poder, otros lo hacen por él. En política no siempre lo visible es real. El que anda lejos de palacio, anda lejos del poder. 

El soberbio-soberbio. Se cree más que todos los soberbios. No oculta su vanidad. La fanfarronea. Cree tener el monopolio de la ofensa. Destruye, según él, con sus frases a sus enemigos. Generalmente tiene una vida política corta. Olvida que la política debe estar por encima de su lengua.

CD/YC

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