Jun 01, 2023 / 11:20

Se acercan las elecciones en Estado de México y Coahuila

***Se acercan las elecciones en dos entidades del país, Estado de México y Coahuila, de las más esperadas en la historia moderna por lo que puede significar para 2024, ya que el cambio urge, tanto a nivel nacional como en esas entidades. Los mexicanos merecen una mejor gobernabilidad, transparencia, justicia, educación, salud, infraestructura, visión de país y ánimo nacional.

Para algunos, su forma de cambiar las cosas es lanzarse a algún puesto público, o bien, sumarse a una campaña; mientras que otros ponen su granito de arena desde su profesión o como activistas sociales. Pero la herramienta de cambio que la mayoría habrá de usar este año será el voto. Claro, habrá algunos que no hagan nada de lo anterior y se dedicarán a juzgar o a ver pasar las cosas frente a sus ojos.

Votar es tanto un derecho como una responsabilidad de cada ciudadano mayor de edad, pero también es un ejercicio de conciencia plena. Con el sufragio, celebramos y honramos nuestro libre albedrío como seres humanos que son miembros de una sociedad.

En muchos territorios de la vida, actuamos de manera inconsciente; incluso, muchos hablan, consumen y comen de manera inconsciente.

Algunos neurocientíficos afirman que, de todas nuestras acciones, en un día convencional, el 80 por ciento son inconscientes, automáticas o no racionalizadas, y tan sólo el 20 por ciento son acciones premeditadas.

Sin embargo, el nuevo rumbo de nuestro país tiene que ser decidido por mexicanos y mexicanas pensantes.

Votar de manera razonada implica investigar a detalle la historia y las propuestas de los candidatos y sus partidos, las personas más cercanas que los rodean y los patrocinadores que traen detrás, quienes están financiando las campañas.

Ir a las urnas con una reflexión previa significa amarnos y respetarnos como seres únicos y libres, así como amar a nuestro país y participar, de manera decidida, en el rumbo que habrá de tomar.

Históricamente, millones de personas votan siguiendo las instrucciones de sus jefes o líderes, presionados o acarreados; pero entregar nuestro voto es entregar nuestro libre albedrío, asumirnos como niños o personas inmaduras incapaces de tomar nuestras propias decisiones.

Nadie puede considerarse líder de nadie si lo obliga a hacer algo, y nadie puede considerarse libre si hace las cosas por imposición. Los líderes empresariales, sindicales o de cualquier organización tienen el derecho de hablar en favor de cualquier candidato, pero no el de arrebatar a nadie su libre albedrío.

CD/YC

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