La salida intempestiva de Leslie Mónica Garibo Puga de la Contraloría General del Estado, la noche del viernes 13 de septiembre del 2019, se cocinó desde el mediodía en Casa Veracruz, donde Cuitláhuac García Jiménez le habría ordenado retractarse en dos temas.

El primero, relacionado con la denuncia (CGE/922/2019) que la propia titular de la CGE interpuso finalmente contra Miguel Ángel Vega García, sembrado por Eric Patrocinio Cisneros Burgos como director general de Transparencia, Anticorrupción y Función Pública, pese a una cauda de sospechas por la llamada ‘Estafa Maestra’ que llevó a Rosario Robles en la cárcel a principios del obradorato.

La segunda tuvo que ver con el arrendamiento de las patrullas de la Secretaria de Seguridad Pública, acción que no convenció a la contralora, ni a quien la recomendó para el puesto, la entonces titular de la Secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García, hoy gobernadora 85 en la historia política de Veracruz.
Y como diría alguna vez el técnico del Atlético de Madrid, Diego ‘El cholo’ Simeone, “en el fútbol, como en la vida, no hay revanchas. Hay nuevas oportunidades”, hoy Leslie Mónica puede erigirse en vengadora, con el garrote de la ley en la mano, de afrentas pasadas en el inicio del sexenio cuitlahuista o en una adecuación de los nuevos tiempos que corren, corregir desde la Fiscalía General del Estado la proclividad machista hacia la violencia por cuestión de género que ella misma sufrió.

El tiempo de mujeres, esgrimido en el discurso actual podría materializarse con el imperio de la procuración de justicia, maquillaje aforístico que oculta la vieja conseja popular de 'los carniceros de hoy serán las reses del mañana'.

Y en esta rueda de la fortuna de altas y bajas en el ejercicio del poder, la propia Leslie Mónica debe tener fresca la memoria del desencuentro con su jefe, a quien no le dio la satisfacción de correrla del gabinete. Ella redactó su renuncia y la dejó en el escritorio de Cuitláhuac García Jiménez, con el redoble de los tambores militares en los ensayos previos a la noche del grito en ese 2019.

La exclusión de Leslie Mónica Garibo Puga del paraíso cuitlahuista fue el primer desaire directo contra Norma Rocío Nahle, quien había sembrado sus piezas para armar la estructura que le permitiera llegar a la gubernatura, empresa coronada con éxito pese a las zancadillas de oscuros personajes que ahora forman parte de la horda de apestados a quienes el precepto bíblico les recomienda que más les le valdría se colgaran una piedra de molino al cuello y se hundieran en el mar.

En el destierro involuntario, Leslie Norma Garibo Puga se fue a la CDMX, ahí cuando hacía antesala en la oficina de Irma Eréndira Sandoval, a la sazón titular de la Secretaría de la Función Pública (2018-2021), quien le habría ofrecido irse como contralora en por lo menos dos estados disponibles, recibió un telefonazo.

¿Dónde estás?

El resto es historia, Leslie Mónica Garibo Puga ‘cayó para arriba’ al ser designada por Rocío Nahle García como titular de la Jefatura de Unidad de Asuntos Jurídicos de la SENER.

Desde esa posición contribuyó a la compra de la primera refinería mexicana en suelo gringo, Deer Park, en Texas, adquirida en 2022 a la petrolera Shell en 600 millones de dólares.

Los colaboradores de la abogada Garibo sostienen que, desde su oficina, se confeccionaron algunas líneas de acción que hoy aterrizan en la llamada reforma al poder judicial, concretamente en la elección de jueces, ministros y magistrados, proyectada constitucionalmente para el primer domingo de junio del 2025.

Las cartas credenciales que trae Leslie Garibo están más que sometidas a la prueba del escrutinio del profesionalismo.

La cercanía con la gobernadora Nahle sólo sería la guinda del pastel.

Además, es tiempo de mujeres.

Ahí está, como respaldo hemerográfico, el discurso del domingo 1 de diciembre, desde La Plazoleta Lerdo: “quiero enviar un mensaje a todas las mujeres veracruzanas, a nuestras abuelas, madres, hijas, nietas y todas las niñas, decirles que sí se puede, (…) para que nunca más en Veracruz haya discriminación en cualquier sentido por género, por origen, etnia, credo o pensamiento”.

Y el remache, aplicado a los nuevos tiempos de la política, acentuados con el aroma de mujer: “En Veracruz y en México las mujeres somos libres, somos fuertes, somos capaces y también por nuestra esencia femenina, somos bellas…”

… de otro costal.

Apenas transcurre la primera semana en el sexenio Nhalista y bajo la epidermis de la tranquilidad política y las formas que debieran respetar el goce y disfrute del tiempo de la gobernadora, se libran batallas intestinas por las nominaciones a las candidaturas en los 212 municipios.

La geopolítica no descansa. Depende del municipio la correlatividad de las pasiones es directamente proporcional con la importancia de la alcaldía.

En Paso de Ovejas, el alcalde morenista Mario Mafara Ramírez, primo Adolfo Ramírez Arana, dirigente de lo que queda del PRI, quiere imponer a su hijo Luis Felipe Mafara Romero, como candidato a la presidencia municipal en la alianza Morena-PT-PVEM, pese a la advertencia de la jefa política Nahle de que en Morena no se permitirá heredar puestos a familiares directos.

Ante la inviabilidad de heredar la silla municipal, el alcalde maniobra para imponer a Pamela Isidoro Cervantes, oriunda de Tolome, como candidata de la posible alianza Morena-PT-PVEM.

Otro personaje encartado es Uriel Peralta, por Movimiento Ciudadano, a quien los pobladores tachan de arrogante y soberbio.

Quien podría ser factor ganador es el abogado y profesor del COBAEV, Josiel Acosta Moreno, apuntalado por el sindicato magisterial y la filia de la presidenta de la mesa directiva de la 67 Legislatura, Tanya Carola Viveros Cházaro.

Acosta Moreno, viene caminando hace ya 20 años y ha tenido funciones municipales también, además de la actividad docente.

El profesor, arropado por un amplio sector poblacional de Paso de Ovejas, trabaja con su A.C. "Juntos Avanzamos”, confiado en ganar la encuesta interna de Morena.

La base simpatizante amenaza con armar un zipizape si detectan alguna triquiñuela armada por el alcalde Mafara.

En todas partes se cuecen habas; pero en Paso de Ovejas, a comaladas, según el radar de los visores políticos que perciben a priori las trampas del alcalde.

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