May 09, 2022 / 08:46

Religión y política

Ahora en 2022 el secretario de Gobernación el tabasqueño Adán Augusto López Hernández va ganando terreno entre los obispos mexicanos que marcan distancia con Marcelo Ebrard Casaubón y Claudia Sheinbaum Pardo.

Vargas comenta que días atrás el secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin estuvo de visita oficial en México. Las definiciones reservadas del segundo del Papa Francisco dan pistas acerca de cómo la carrera electoral del 2024 se comienza a registrar en las preferencias del Episcopado mexicano, principal ámbito de deliberación de la iglesia católica en el país.

Desde el inicio se advierte una suerte de doble comando. Por un lado, el nuncio Franco Coppola, de buena cercanía a la 4T y diálogo directo con Andrés Manuel López Obrador. Por el otro, el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, con un estilo más crítico al rumbo del país y de muy buen diálogo con empresarios díscolos del Gobierno como es el caso de Claudio X. González.

Coppola es la terminal a tener en cuenta. Lleva adelante diversos movimientos que tienen por meta reestructurar la Iglesia mexicana, llevarla desde una curia conservadora y fuertemente ortodoxa a un estilo más jesuita y solidario. Así se ve en las recientes designaciones, por ejemplo, en Toluca donde el nuevo obispo Raúl Gómez González está completamente alineado con Coppola.

En este contexto, el secretario de Gobernación se encuentra bien posicionado en comparación con otros suspirantes de 2024. Tiene una relación histórica con los principales religiosos de su estado Tabasco, igual que Andrés Manuel López Obrador es un hombre de moral conservadora y además cultiva la línea de que la base de la iglesia católica debe jugar un rol central para pacificar el país y recuperar un tejido social desbastado por la violencia y la exclusión, especialmente en el interior del país.

CD/JV

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