Feb 07, 2025 / 17:09

Qué es la felicidad y cómo lograrla, según John Stuart Mill

Uno de los máximos exponentes del utilitarismo, nos ofrece una respuesta a esta pregunta que ha intrigado a la humanidad durante siglos.

Desde hace siglos, la gente se pregunta qué es la felicidad. Para el reconocido filósofo británico John Stuart Mill (1806-1873), la felicidad es tan simple como sentir placer y no tener dolor.

La felicidad según John Stuart Mill

Siguiendo la línea de pensamiento de Jeremy Bentham, Mill creía que la felicidad se construye sobre la base del placer y la ausencia de dolor. No obstante, aportó una nueva perspectiva al señalar que no todos los placeres son igual de valiosos. Algunos, según él, son claramente superiores a otros.

Mill hace una interesante distinción entre los placeres. Para él, hay placeres “superiores”, como los que obtenemos al pensar, sentir emociones profundas o hacer el bien, y placeres “inferiores”, más básicos y físicos. Según el filósofo, los primeros son más valiosos y nos hacen más felices a largo plazo.

“Mejor ser Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho”, afirmó el pensador. Con esta frase, nos invitaba a valorar la calidad de nuestras experiencias por encima de la cantidad de placeres superficiales.

El utilitarismo de Mill
La felicidad como medida de la moralidad
No obstante, Mill es reconocido principalmente por su destacada contribución al utilitarismo, una corriente ética que sostiene que la acción moralmente correcta es aquella que produce la mayor cantidad de felicidad. En su obra Utilitarismo, publicada en 1863, el filósofo profundiza en sus ideas sobre la felicidad y su papel central en la moral.

El pensador británico creía que lo correcto es lo que nos hace felices. Tanto a nivel personal como en grupo, nuestras acciones son buenas si aumentan la felicidad general y malas si causan sufrimiento. En otras palabras, la moralidad se mide por los resultados que produce.

La importancia de una sociedad justa para la felicidad colectiva
Mill nos recuerda que nuestra felicidad está conectada a la de los demás. Por eso, dice que es importante vivir en una sociedad justa donde todos tengamos las mismas oportunidades. Según él, la justicia es clave para que la felicidad se distribuya de manera equitativa.

El británico tomó la idea de Bentham de buscar la felicidad de todos y quiso hacerla más práctica. Mientras que Bentham pensaba en una forma de medir la felicidad como si fuera una cuenta, a Mill le interesaba más cómo esta idea se aplicaba a la vida real, a la sociedad y a las decisiones políticas.

Mill quería saber cómo poner en práctica la idea de hacer felices a todos. Le preocupaba que las leyes que buscaban la felicidad de la mayoría pudieran acabar haciendo infelices a unos pocos, especialmente si se imponían las ideas de la mayoría sin tener en cuenta a los demás.

La educación y la libertad como caminos hacia la felicidad
El filósofo creía que la educación y lo que la gente pensaba eran fundamentales para que todos fuéramos felices sin perjudicar a nadie. Propuso que la educación nos ayudara a entender que nuestra felicidad está conectada a la de los demás.

Así, las leyes deberían proteger nuestra libertad de buscar nuestra felicidad, pero también asegurar que esta búsqueda fuera justa para todos. Como decía en su libro Sobre la libertad (1859): “La sociedad debe permitir a todos los individuos la libertad de buscar la felicidad a través de metas personales, y tal derecho debe ser protegido con leyes por el gobierno”.

Para Mill, la educación y la cultura son super importantes para ser felices. Cree que una buena educación nos ayuda a apreciar cosas más valiosas y a desarrollar nuestras capacidades. En otras palabras, la cultura y el aprendizaje son fundamentales para una vida plena.

Los límites de la libertad según Mill
Sin embargo, Mill nos dice que la libertad tiene límites. Propone que solo podemos limitar la libertad de alguien cuando está haciendo daño a otra persona. En sus propias palabras: “Cada quien puede hacer lo que quiera, siempre y cuando no perjudique a los demás”.

Por eso, era importante para él no meterse en la vida de los demás, a menos que fuera necesario para evitar que alguien saliera lastimado. Así, podíamos ser libres y al mismo tiempo cuidar de los demás.

Cómo se mide la calidad del placer
Mill fue más allá y se preguntó cómo podemos saber qué tan felices somos. No le parecía suficiente medir solo cuánto dura un placer, sino que también hay que ver qué tan bueno es. Por eso, habló de la calidad de los placeres, diciendo que los que usamos la mente, como leer o aprender, son más valiosos. Al final, Mill quería entender qué es lo que hace felices a las personas y llegó a una conclusión muy simple: “Si algo nos hace felices, es porque lo queremos”.

La filosofía de Mill sobre la felicidad no le ha caído bien a todo el mundo. Algunas personas critican cómo compara los placeres, diciendo que es muy difícil saber cuál es mejor. Sin embargo, el filósofo europeo defendía su visión diciendo que quienes han vivido diferentes experiencias son los mejores jueces.

Equilibrio entre el placer inmediato y la felicidad a largo plazo
Mill dice que hay dos tipos de cosas que deseamos. Unas las queremos solo porque nos gustan y nos hacen felices en el momento, como comer chocolate. Pero también hay cosas que hacemos porque debemos o porque queremos ayudar a otros, aunque no siempre nos gusten. Estas últimas cosas nos hacen sentir bien a largo plazo. En el primer caso, deseamos algo para sentirnos bien en este momento, como una recompensa. En el segundo, deseamos hacer algo porque creemos que es lo correcto, aunque no nos dé tanta alegría al instante. Buscamos una felicidad más profunda, que viene de hacer lo que sabemos que debemos hacer.

Reflexión la filosofía de la felicidad según Mill
En conclusión, la visión de John Stuart Mill sobre la felicidad nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestras experiencias y cómo estas impactan en nuestro bienestar. Según Mill, la felicidad no se trata solo de placeres momentáneos, sino de cultivar una vida significativa basada en valores como la justicia, la educación y el respeto por los demás. Al aplicar estos principios, podemos lograr una felicidad más duradera y equilibrada, tanto a nivel individual como colectivo.

Con información de: Muy Interesante

CD/WM

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