En Veracruz, como en todo el país, enfrentamos problemas que sí son urgentes y que necesitan soluciones reales. Por eso lo digo claro y directo: prohibir no resuelve nada.

Esta semana, en el Congreso del Estado, se habló de una propuesta para prohibir los vapeadores. Sí, esos dispositivos que son dañinos para la salud. Pero pensemos un poco:
¿De verdad cree alguien que con prohibirlos van a desaparecer? La gente los seguirá comprando y usando en la clandestinidad. Entonces, ¿qué estamos resolviendo?

Ojo, no se trata de defender los vapeadores. Sabemos que son igual de malos que el tabaco tradicional, y por eso surge la pregunta:
¿Por qué prohibir unos y dejar otros?

La verdad es que prohibir es lo más fácil, pero no es lo más responsable. Lo que de verdad hace falta es ir a la raíz del problema: ¿Por qué no empezamos a prevenir desde las escuelas, educando a nuestros jóvenes? ¿Por qué no invertimos en hospitales con medicinas y doctores para atender a quienes ya están enfermos? ¿Por qué no regulamos estos productos para que no sean un riesgo mayor?

Prohibir solo abre la puerta al mercado negro y agrava el problema. Así ha pasado siempre.

Mientras tanto, en Veracruz hay otros problemas que son verdaderamente urgentes. Hay hospitales sin medicinas, clínicas que se caen a pedazos y doctores que no alcanzan para atender a todos. Eso es lo que necesita la gente: salud, atención y prevención.

Legislar no es imponer. Legislar es escuchar y proponer soluciones que sí funcionen. Porque la política no se trata de prohibir y dar discursos bonitos; se trata de dar resultados que mejoren la vida de las personas.

Por un Veracruz con menos prohibiciones y más soluciones, aquí tienes a una Alteña legislando contigo desde el Congreso del Estado.

CD/GL