Mar 02, 2022 / 09:05

PRI sin grandes festejos en su 93 aniversario

Este 4 de marzo, por cierto, primer viernes de marzo se cumplen 93 años de la fundación del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Cuantas veces no se llegó a escuchar: El PRI es mucho más que un partido grande; es el Partido de México, al igual que las frases…Soy un orgulloso priista. Hemos demostrado que somos los que mejor sabemos gobernar. Cuando el PRI gana a México le va mejor.

Antes se decía los “mariachis callaron”, ahora se dice “Las redes callaron”, y es que no se oye ruido en la avenida Insurgentes Norte 59 colonia Buenavista. Hay un silencio sepulcral.

Cuantos discursos no pronunciaron a lo largo y ancho de la república diciendo los dirigentes más o menos así: Los priistas trabajamos todos los días en el territorio, encabezando causas, luchando junto a los ciudadanos para que México tenga más desarrollo.

Fue un 4 de marzo de 1929 que se fundó el Partido que se convirtió en cultura política de los mexicanos. Institución sin la cual no se podrían explicar muchas cosas, de hasta donde llegamos.

Y aunque dicen que todo lo que sube baja ahora muchos emigraron a otros partidos políticos o trabajan en dos bandos. Se arriman a Morena cuando quieren hacer perder al PAN o se quedan en el PRI cuando piensan que tienen posibilidades de seguir en la ubre.

Se acabaron a la “gallina de los huevos de oro”. Hicieron perversión a su paso de la actividad política. Hoy no queda más que decir que la mentira es una práctica que tradicionalmente la opinión pública relaciona con la profesión política. Esta postura ampliamente aceptada entre los miembros de las sociedades democráticas, con independencia de su edad o color político, se construye sobre una imagen artificial en la que habitualmente se piensa que la política en general y los dirigentes políticos en particular eran más sinceros y francos y pasaron a ser mentirosos compulsivos.

En los tiempos actuales decir que los políticos mienten es casi una obviedad. No son pocos los líderes de todo tipo de partido e ideología que han sido pillados diciendo algo que nunca cumplieron una vez fueron elegidos por el electorado.

Uno podría pensar que es porque consideran que sus votantes son idiotas, que no se darán cuenta de la mentira. Sin embargo, teniendo en cuenta que gracias a Internet pueden confirmar fácilmente en qué han mentido porque uno no puede evitar pensar por qué mienten los políticos.

Decir que los políticos mienten suena casi a algo lógico. Unos dirán que, realmente, no es así, simplemente que dicen prometer algo en sus programas electorales, pero por X o Y al final no lo pueden confirmar. Otros, quizás con los pies más en la tierra, dirán que efectivamente los políticos mienten conscientemente con la clara intención de conseguir ser escogidos por sus votantes y luego, cuando ya estén en el poder, se encargarán de decepcionar a aquellos que los eligieron.

Sea como sea, uno no se puede evitar pensar que en los tiempos en los que vivimos aquel político que miente es un político poco inteligente y precavido. Gracias a Internet y al acceso de toda la información habida y por haber no resulta muy complicado encontrar en páginas web de ideología antagónica a la de un político en concreto que saca a relucir todo aquello en lo que ha mentido.

En un mundo ideal y lógico el político mentiroso sería pillado y apartado de la carrera política porque nadie lo quiere votar. Pero no vivimos ni en un mundo ideal ni en uno lógico. El político dice falsedades de forma descarada, sabe que Internet demostrará en qué ha mentido y, aun así, consigue enorme fama, muchos votantes y una repercusión increíble.

Un mundo de falsedades. La información falsa, más modernamente compuesta por lo que se conoce como “fake news”, parece que se extiende a una mayor velocidad que las verdades.

Lejos de lo que muchos puedan pensar, la mente humana está diseñada para seleccionar y diseminar información que sea eficaz para conseguir objetivos, no para dar información cierta, especialmente si se está dando un conflicto social. En caso de que haya un conflicto entre dos grupos, los seres humanos estamos psicológicamente preparados para priorizar aquella información que nos ayude a ganar el conflicto contra el exogrupo, aunque de forma objetiva esa información sea claramente una falacia.

CD/YC

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