Xalapa, Ver.- La señora Lourdes Olea se presentó este lunes frente al Palacio de Gobierno de Veracruz, sobre la calle Enríquez, para denunciar públicamente la desaparición de su hijo, César Alejandro Domínguez Olea, ocurrida el pasado 21 de abril en Ciudad Mendoza, y exigir resultados concretos en la investigación.

Su hijo fue visto por última vez alrededor de las 9:30 de la noche mientras conducía su motocicleta, cerca del Salón de los Petroleros. Desde entonces, narró, no ha habido señales de su paradero, y las autoridades, asegura, han mostrado una alarmante lentitud en la búsqueda.

Durante una improvisada entrevista con medios locales, Lourdes hizo una grave acusación: Señalo como presunto responsable de la desaparición al comandante de la policía municipal de Mariano Escobedo, Macario Benítez, quien es, además, padre de la pareja sentimental de su hijo.

“Temo por la vida de mi hijo, pero también por la mía. Estoy levantando la voz porque no tengo otra opción. Hago responsable al comandante Benítez de lo que pueda pasar”, dijo la madre.

El caso fue denunciado formalmente ante la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas en Orizaba el 22 de abril, y se abrió la carpeta de investigación número 030/2025.

Sin embargo, Lourdes considera que los avances han sido escasos y que el proceso está plagado de omisiones.

El pasado 1º de mayo, entregó personalmente una solicitud dirigida a la gobernadora Rocío Nahle, pidiendo su intervención directa en el caso.

El escrito, sellado por el personal de gobierno, expone los hechos y describe el calvario que ha vivido desde la desaparición de su hijo. A pesar de ello, afirma no haber recibido respuesta ni apoyo institucional efectivo.

“Desde ese día he caminado por cada rincón de Ciudad Mendoza y los municipios vecinos, con la esperanza de encontrar una pista, una señal. Lo he hecho acompañada de familiares y amigos. Hemos participado en marchas, mítines, plantones. Lo único que busco es saber dónde está mi hijo”, expresó.

Lourdes también denunció que, al intentar visibilizar el caso, ha enfrentado desde indiferencia hasta agresiones verbales.

Aún así, destaca que ha encontrado solidaridad en personas empáticas que han compartido su dolor y se han sumado a la búsqueda.

Uno de los principales obstáculos que ha enfrentado es el temor de la población a proporcionar información.

“La gente tiene miedo, desconfía de las autoridades. No quieren hablar por temor a represalias. Y eso nos duele más, porque el silencio se vuelve cómplice”, relató.

Con la copia de su escrito en mano, Lourdes reiteró su exigencia a las autoridades estatales para que se comprometan con el caso. “Mi hijo no es una estadística. Es un joven que merece ser buscado con todos los recursos posibles. Estoy cansada de la espera, pero no me voy a rendir”, expresó.

El testimonio de Lourdes Olea se suma a las voces de muchas otras familias veracruzanas que claman justicia y un sistema de seguridad que verdaderamente proteja a los ciudadanos.

Con información de: CD/YC

Rosalinda Morales