Oct 05, 2022 / 08:32

Para qué dar tantos brincos si el suelo está parejo

Así como se pusieron de acuerdo para ampliación del periodo de las fuerzas armadas en las calles, así deberían de hacer para evitar se siga ensanchando la desigualdad entre los mexicanos.

Querer es poder, pero mejor hablemos del otro poder. El poder ni las funciones públicas pueden ser de todos, una vez que se ha establecido y se ha cumplido con el orden democrático; para ser legítimo, el poder se ejerce por quienes la sociedad ha seleccionado como los más aptos para ello. De esta forma, la imagen política es el resultado de un proceso de promoción, difusión y comunicación que le permite al actor político presentarse ante la ciudadanía y proporcionarle la información que requiere para que sea seleccionado entre las distintas opciones en competencia.

El poder otorga facultades de decisión y determinación política, social y económica. Su presencia conlleva las más diversas expresiones de la condición humana tales como orgullo, miedo, reconocimiento, respeto, lealtad y toda la variedad de emociones, creencias, sentimientos y expresiones humanas. Por lo tanto, la imagen debe servir para promover a mujeres y hombres que sepan cumplir las funciones de representación y liderazgo político en una sociedad y tiempo determinados.

Sin embargo, en los últimos años, la falta de credibilidad y confianza en los políticos, el descrédito del gobierno y la falta de autoridad moral de los funcionarios públicos son el resultado de la mala percepción que los ciudadanos tienen de la política y particularmente de los partidos y de los actores políticos.

Más aún, cuando un servidor público municipal, estatal o federal es señalado como corrupto, cuando sus omisiones han significado daños al patrimonio público, cuando se falta a la verdad, cuando se incumplen las promesas de una campaña electoral o cuando surge el escándalo, lo que se deteriora va más allá de una imagen personal. En cada diputado borracho, en cada senador aficionado a la vida disipada y en cada policía ligado al narcotráfico y la delincuencia va implícito el desprestigio de las instituciones políticas que representan.

De ahí la importancia de que la imagen de la política sea la óptima y de ahí la importancia de transmitir a través de esa imagen, confianza, certidumbre y credibilidad a la ciudadanía.

Ahora bien, se define la imagen política como un conjunto de características, capacidades, habilidades, recursos, atributos, estímulos y mensajes susceptibles de ser comunicados y que, al ser percibidos de forma positiva, permiten al actor político definir y orientar la percepción de un público objetivo, así como distinguirse y posicionarse con respecto a sus competidores.

La imagen es característica, es decir elementos que le son propios, exclusivos y particulares y los cuales definen a un actor político del resto. Es capacidades y habilidades por que en cada momento la competencia por el poder requiere de actuar con flexibilidad y sentido de oportunidad y de poner a prueba los recursos de que se dispone.

La imagen también es atributos, porque mucho de lo que envuelve al ejercicio de la política está formado a través de percepción, de sensaciones, de expectativas y especulación, a veces incluso de rumores, simbolismos y la mitología que distingue desde siempre a la política.

La imagen es estímulos y mensajes, requiere de ser comunicada a determinados sectores y grupos específicos. Este es el aspecto de proyección, difusión y comunicación que la vida moderna ha impuesto a la imagen de los políticos y que prevalece en una sociedad mediática, donde la política para ser, requiere de pasar a través de los medios de comunicación masiva.

CD/YC

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