Mar 06, 2024 / 01:40

Ocelote, el felino americano que fascinó a Salvador Dalí

Madrid, España - Salvador Dalí quiso hacer de su propia vida una obra surrealista, tanto o más como las pinturas que lo llevaron a la fama. Sus extravagantes actitudes se cuentan por miles. Un ejemplo de ello fueron los animales a los que adoptó como mascotas, las cuales incluyen un oso hormiguero y un ocelote.

De los dos, se dice que su mascota más preciada fue el ocelote llamado Babou. Dalí adquirió su ocelote en los años sesenta, y lo llevaba consigo a todas partes con correa y collar de piedras. Algunas versiones afirman que lo adquirió en Colombia, mientras que otras fuentes dicen que el animal fue un regalo del entonces presidente Carlos Lleras Restrepo cuando el pintor estaba de visita en ese país.

Uno de los relatos más populares sobre Dalí y Babou es el del pintor llevando al gato salvaje a un restaurante de Manhattan y atándolo a su mesa, lo que causó que una comensal se asustara al verlo. Dalí le dijo a la mujer que Babou no era más que un gato normal al que había "pintado con un diseño de op art".

La escritora Suzanne White describió al gato merodeando "en un sofá de seda situado frente a una chimenea de mármol tallado" en el salón de Dalí, mientras que existen imágenes famosas del artista y su mascota en un viaje a bordo del transatlántico de lujo SS France.

El amigo de Dalí, el actor Carlos Lozano, escribió en sus memorias: "Sólo vi sonreír al ocelote una vez, el día que se escapó e hizo que los huéspedes del Meurice corrieran como ratas a esconderse".

El ocelote vivió con Dalí desde la década de 1960 hasta los años 70. Debido a las estrictas leyes de tenencia de animales exóticos en Europa, el artista no pudo llevarlo consigo a España, donde residía la mayor parte del tiempo.

Babou pasó sus últimos años en un zoológico de San Diego, California, donde recibió cuidados y vivió en un entorno seguro. Salvador Dalí se cuenta entre los muchos artistas que sintieron una fascinación por los gatos, un animal misterioso que nos acompaña hasta el presente en la vida cotidiana.

Otros famosos propietarios de ocelotes son el músico Gram Parsons, que tenía uno en el patio trasero de la casa de su familia en Florida cuando era un adolescente.

El ocelote es una de las varias especies de felinos que se distribuyen en México, Centro y Sudamérica. Se le considera una especie reguladora del ecosistema, y es perseguida para fines comerciales debido a su piel.

El tamaño del ocelote (Leopardus pardalis) es intermedio. Tiene una cabeza pequeña, de color café con pequeñas motas, dos franjas a cada lado de las mejillas y de 4 a 5 bandas negras paralelas a lo largo del cuello, así como orejas cortas, anchas y redondeadas.

El ocelote (Leopardus pardalis), también conocido como leopardo enano o gato montés de McKenney, tiene un aspecto similar al de un gato doméstico, aunque su pelaje se asemeja al de un leopardo nublado o un jaguar.

Este pelaje liso y suave hizo que el ocelote se considerara una especie en peligro de extinción, de 1972 a 1997, después de que se mataran miles de ejemplares y se vendiera su piel a un precio muy elevado.

El pelaje del ocelote puede variar desde el color crema al gris, pasando por el marrón rojizo y marcado con rosetas negras; sus orejas son redondeadas, su cola larga y sus patas delanteras grandes.

Esta especie es principalmente nocturna, goza de una visión muy buena y es muy territorial. Esto lo lleva a luchar ferozmente en disputas territoriales. El pueblo Moche del antiguo Perú veneraba a estos felinos y a menudo los representaba en sus obras de arte.

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Con información de: Muy Interesante

CD/NR

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