Oct 16, 2025 / 12:45

“No se trata sólo de guerras, sino de cómo se fractura a la gente”: Richard Ashcroft

Estados Unidos.- “Nunca volveré a vivir un verano como éste”, aseguró en entrevista Richard Ashcroft, ex líder del grupo The Verve, al que se le recuerda en un video muy visto de su éxito Bitter Sweet Symphony, en el que por la calle, siguiendo su objetivo, empuja a todo el que se atraviesa en su paso.

Richard abrió los conciertos de la reunión de Oasis. Ahora, con nuevo álbum en solitario, deja atrás las diferencias con este reportero y reflexiona sobre su rebelde carrera. Richard ha sido una figura influyente en la carrera de los hermanos Gallagher, quienes incluso escribieron una canción inspirada en él: Cast No Shadow.

En nuestro encuentro, Richard se abre paso hasta la pantalla de la computadora del reportero como si fuera otro obstáculo irritante en su arrogante andar por la vida. “¿Quién te puso una pistola en la cabeza para que tuvieras que dar esta entrevista?”, pregunta al periodista con indiferencia. Lo he cachado “languideciendo en mi trillada rutina de baladas”, dice, parafraseando con ironía la reseña de dos estrellas de su álbum de 2018, Natural Rebel, que llevó al cantante a prender fuego a una copia de una entrevista que dio para el sitio NME. “De hecho, estimuló una hermosa obra de arte”, afirma. “Fue una declaración, en el sentido de que algunas personas tienen la ilusión de influir en mi vida”. Señala que apenas ha concedido entrevistas desde que juró no volver a hablar con NME tras la reseña.

Es comprensible que esta figura emblemática del indie rock de los años noventa esté más interesado hoy en amar que en pelear. Durante todo el verano, ha estado empapado de buena voluntad como el acto principal de apoyo en la gira de Oasis. Tras las fechas restantes de la gira con los hermanos peleoneros por Asia, Australia y Sudamérica, se embarcará en una gira en 2026 para presentar su séptimo álbum en solitario, titulado Lovin' You.

Energía renovada

“Probablemente nunca vuelva a experimentar algo igual con la energía de este verano”, admite. “En el escenario, fue genial. La reacción del público fue simplemente increíble. Para alguien como yo, como compositor o artista, te sientes agotado y no sabes dónde encontrar sustento. Y entonces sucede algo así y piensas: ‘Tengo energía renovada. Incluso el simple hecho de componer una canción, renfocarse en eso, es inspirador.’”

Ashcroft quedó impresionado por Oasis: “Noel, qué compositor, innegable. Liam, guau, qué fuerza, qué poder, qué voz, qué tipo”. Pero como fan, dice, se sintió incómodo con el antagonismo entre los Gallagher: “Es un poco como si hubiera cosas pasando dentro de tu familia. Lo hermoso de esto es que la disciplina de Liam es asombrosa. Noel parece estar en un muy buen estado. Toda la banda parece estarlo. En la vida, las historias generalmente no tienen este increíble final”.

Lovin’ You es el regreso alucinante de Ashcroft. Evitando cualquier rutina, es un disco que abarca soul nebuloso, rock electrónico, disco en falsete y trip-hop orquestal, con un enfoque exploratorio que resultó un álbum electrónico basado en samples, que luego fue salpicado con material más reciente, orgánico y lleno de esperanza en guitarra y piano. “(Quería) darle una paleta emocional un poco más amplia que podría haber sido una reflexión pesimista sobre la vida, (pero) deseaba que fuera un poco más amplio”.

El revolucionario álbum dance crossover de Primal Scream, Screamadelica, fue un referente para él. “Era como un Sgt. Pepper moderno, en cierto modo”, recuerda Ashcroft sobre su lanzamiento en 1991.

El fragmento más inspirado de Ashcroft desde Bitter Sweet Symphony, es el de Love and Affection, de Joan Armatrading, que se repite en su tema inicial, Lover. “Siempre me he centrado naturalmente en el momento de una canción”, afirma Ashcroft. “Esos pocos segundos que lo resumen todo, la energía de una melodía. Siempre he pensado que, si tuviera tiempo, me encantaría ser remezclador para quienes quizá no reconozcan, ni siquiera en su propia música, dónde está”.

Proveniente de un alma cósmica propensa a una visión de la condición humana, Lovin’ You contiene mucho amor. La canción principal narra la adoración de Ashcroft por su esposa, Kate Radley, alrededor del mundo; trata sobre la evolución del romance con la edad, ahora que el matrimonio de Ashcroft cumple 31 años. “Aprender a crecer un poco con alguien es algo increíble. No estaría aquí sin ella, lo sé. Llevo dentro de mí una adicción y una autodestrucción demasiado fuertes, y si no las hubiera tenido, sólo Dios sabe”. Cita la paternidad como otro salvavidas. “No puedo creer algunas de las cosas que hicimos, como volar a Japón, los niños llorando, el jet, caminar por el escenario como si caminara sobre melaza. (Pero) esa responsabilidad fue buena para mí, porque si no la hubiera tenido, estaría en una encrucijada (donde) probablemente habría tomado el camino más peligroso”.

Todavía hay una canción en el álbum titulada I’m a Rebel, pero, según él, la rebelión se ve muy diferente en el campo de batalla digital moderno (a mediados de la década de 2010, por ejemplo, pasó cuatro años sin teléfono inteligente).

“Ser rebelde probablemente se trata más de ser pacificador que de estar en guerra o desafiar a la gente constantemente”, considera. “Ser rebelde es intentar unir a la gente. Ese es uno de los lugares más peligrosos, porque te exaltarán en el clima actual si eres alguien que divide a la gente. Y lo harás”.

Arremete contra el creciente tono autoritario de la época, la recolección de nuestra información en línea para “crear una especie de futuro (fantasioso)” y el riesgo de convertirse en un “idiota útil” para cualquier número de facciones escindidas de la sociedad. “(La rebelión es) intentar no participar en esta sociedad donde estás alimentando cualquiera de estos fuegos en detrimento de ti mismo y del prójimo”, argumenta.

Ashcroft cree que las declaraciones políticas se presentan mejor en un disco. De ahí el tema Heavy News del nuevo álbum, que trata sobre el ciclo de noticias devastadoras.

¿Qué noticias le parecen más duras?, se le pregunta. “Hay tanto horror”, responde. “He intentado distanciarme un poco, porque es uno de esos periodos en los que nos estamos desensibilizando mucho. No se trata sólo de las guerras interminables, ni de las masacres, sino de cómo se está fracturando a la gente”.

Como autodeclarado “futurista”, Ashcroft siente fascinación y miedo a la vez ante la perspectiva de la revolución de la IA. “Estamos al borde de una transformación, o eso dicen. Una curva exponencial hacia un lugar en el que nunca hemos estado. Si es una línea exponencial, cada vez es más difícil proyectarse hacia el futuro. Eso es lo que nos resulta un poco inquietante: nadie lo sabe realmente. Cuando te dicen que quienes están desarrollando esto no lo saben, es como cuando probaron la bomba atómica y no sabían si iba a causar un apocalipsis”.

La reunión de Oasis, piensa, condensó todas esas emociones en una sola. Él también lo sintió. “Después de todo ese tiempo, todo se volvió más claro y contextualizado, porque (hasta entonces) estaba en la burbuja de mi propia banda y mi propio mundo… Fue la primera vez que la gente estuvo junta y simplemente lo dejó todo atrás”.

Con información de: La Jornada

CD/AT

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