May 27, 2025 / 12:35

Mariposa monarca: básica la ayuda ciudadana

México.-A fines de octubre de cada año llegan millones de mariposas de vistosos colores a los municipios de Angangueo, Ocampo y Senguio, ubicados en el oriente de Michoacán, así como a su área contigua del estado de México. Arriban luego de un peregrinaje que sucede sin interrupción desde hace miles de años. No faltaban los lugareños que las identificaban con las almas de sus difuntos que volvían para acompañar a sus familias el 2 de noviembre, celebración del Día de los Muertos.

Pero desde que en enero de 1975, Ken Brugger, naturalista aficionado, y su esposa Catalina Aguado, dieron con los santuarios de invierno de la mariposa Monarca, se inició la transformación de esos muncipios. Antes los ejidatarios y comuneros de la región vivían de la agricultura y el aprovechamiento forestal.

Ese cambio se debe al turismo que entre noviembre y febrero acude a observarlas. Y por el interés de las instancias oficiales, la academia y los grupos ambientalistas en conservar su hábitat. Así, en 1980 se decretó la protección de la monarca y seis años después se estableció la reserva que lleva su nombre.

Esa mariposa recorre cada otoño unos 5 mil kilómetros desde Canadá y el norte de Estados Unidos para invernar en nuestro país. Es el símbolo de la cooperación ambiental de América del Norte. Pero su futuro no parece halagueño, pues la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la declaró especie en peligro de extinción. Y ello porque su número disminuye en forma alarmante pese a que, con el fin de protegerla, se redujo la tala ilegal y se promueven alternativas económicas sostenibles para las comunidades donde inverna.

Las causas de esa reducción son múltiples. Sobresalen la pérdida del hábitat tradicional debido a la urbanización de áreas antes pobladas de vegetación nativa que le servían de alimento; a la deforestación y la agricultura intensiva en Estados Unidos, que requiere el uso de plaguicidas y herbicidas. Éstos matan a la mariposa y al algodoncillo, la planta en la que ella deposita sus larvas. Y otro factor es el cambio climático, con elevadas temperaturas, huracanes y sequías.

En México vive un tiempo la monarca, pero existen otras mil 800 especies de mariposas diurnas, de las cuales cerca de 14 por ciento no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. En la Ciudad de México viven 350. Todas ellas y las demás que hay en el planeta cumplen un papel crucial en los ecosistemas, pues muchas plantas (frutas, semillas) las necesitan para su reproducción. Y, además, son alimento de aves, murciélagos y otros insectos.

No sólo peligra la monarca. Otras bellas mariposas desaparecen. Este siglo más de 100 especies redujeron su número en más de 50 por ciento. El declive amenaza la biodiversidad y tiene serias implicaciones para el equilibrio ecológico global. Los motivos para esa desaparición coinciden con los que amenazan a la monarca. Podría creerse que la pérdida se localiza especialmente en el mundo subdesarrollado, pobre. Sin embargo, un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente destaca que se redujo el número de 17 especies de mariposas que tienen su hábitat en 19 países de dicho continente. Y que este siglo la población disminuyó a la mitad, una gran pérdida de biodiversidad. Y Estados Unidos: en dos décadas perdió 22 por ciento.

Las causas son muy semejantes a las que privan en América, África, Europa, Asia y Australia. Y regresando a la monarca: el pasado invierno llegó a México en mayor número que en los anteriores. Pero los peligros continúan, pues en Estados Unidos su número disminuyó notablemente. Es importante señalar que las otras mil 800 mariposas que son parte de nuestra biodiversidad están en peligro de extinción. Merecen, como la ilustre viajera, ciudados por las dependencias gubernamentales y la población.

Sin embargo, todo indica que no existen, pese a la promesa oficial de ciudar la biodiversidad. En esa tarea es básica la colaboración ciudadana. Tal es el caso del mariposario del Centro Regional de Ecología de Oaxaca, pulmón verde de 10 hectáreas que, en la capital de esa entidad, José Luís Bustamante del Valle salvó de la mancha de asfalto. El sitio es un muestrario de la variedad de mariposas que existen en la tierra de Francisco Toledo, y ejemplo a seguir en otras partes del país.

Con información de: La Jornada

CD/AT

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