Nov 06, 2025 / 13:32

Luchas internas, presión estatal y falta de liderazgo: el Cartel de Sinaloa ingresa en su etapa final

*Los Chapitos enfrentan momentos de suma tensión. Sus días están contados por los combates intestinos, las traiciones y una falta de conducción manifiesta. A lo que se suma el acoso permanente de las autoridades mexicanas

Los Chapitos ingresaron en su etapa final. La que alguna vez fue la facción más importante del Cartel de Sinaloa, hoy es un recuerdo -funesto- de aquellos años de auge y gloria. Su caída en desgracia, lejos de lo que se podría suponer, no comenzó luego de la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera -el 8 de enero de 2016 en Los Mochis-, sino tras haber roto lazos definitivos y estallar la guerra en julio de 2024 con Los Mayitos, la banda criminal leal a Ismael “El Mayo” Zambada dentro de la misma estructura.

Este feroz enfrentamiento y la falta de liderazgo está llevando lentamente al Cartel de Sinaloa a sus últimos días. Al cadalso.

La banda conducida hoy por Iván Archivaldo Guzmán y Aureliano Guzmán Loera, “Guano”, hermano de “El Chapo”, sufre una sangría de liderazgo que las capas intermedias e inferiores sienten a diario. Ambos viven refugiados y escurridizos y no son vistos públicamente desde hace meses, lo que muestra -en los códigos del submundo criminal- una falta de control territorial más que alarmante.

La actualidad de Los Chapitos comenzó a precipitarse definitivamente cuando Joaquín Guzmán López, “El Guero”, -hijo de “El Chapo”- se entregó a las autoridades de los Estados Unidos el 25 de julio de 2024. Pero no lo hizo solo: junto a él arrastró a “El Mayo”, a quien subió engañado al avión que cruzó al frontera norte de México. Ahí se produjo la ruptura con “Los Mayitos”. Ovidio Guzmán López, otro pope, ya había caído en enero de 2023 y extraditado a una prisión federal estadounidense.

Pero además, Los Chapitos del Cartel de Sinaloa se vieron sacudidos por el aumento de la presión táctica del aparato de seguridad mexicano, el cual ha expulsado al grupo de algunas de sus áreas tradicionales de operaciones y ha logrado limitar su capacidad para operar en Culiacán, capital del estado de Sinaloa. Esto le restó poder militar, territorial y comercial a la banda aumentando la preocupación de sus mandos intermedios.

Otros enemigos tomaron nota. Sicarios de la Organización Beltrán Leyva (OBL) liderados por Fausto Isidro Meza, alias “El Chapo Isidro” y los agentes de “El Mayo” del Cartel de Sinaloa liderados por su hijo Ismael Zambada, alias “El Mayito Flaco”, atacaron sin cesar e implacablemente los bastiones de “Guano” e Iván, lo que ha dado muerte a miles de agentes de Los Chapitos.

“Guano” se esconde en áreas desoladas entre los estados de Durango y Sinaloa, donde se siente algo protegido de las fuerzas especiales mexicanas, al igual que de sus rivales del cartel que quieren su cabeza. Su incapacidad o falta de voluntad para ejercer un liderazgo firme y para comandar a sus narcomilicias en el campo de batalla está teniendo un costo altísimo en el combate y la moral de sus hombres. Sus rivales se burlan de lo que queda de su facción y sobre todo de él. Dicen que tiene miedo de salir de su madriguera rural. Mientras tanto, Iván rara vez fue visto desde que su hermano Joaquín se entregó a las autoridades estadounidenses. ¿Estará planificando algo similar? ¿A quién querrá arrastrar esta vez?.

La falta de liderazgo dentro del Cartel de Sinaloa cuando más se lo necesita es el terremoto perfecto para su derrumbe definitivo, algo que las autoridades locales siguen con mucha atención.

Los miembros de Los Chapitos ahora hablan de los “viejos tiempos”, cuando eran dirigidos por personas como “El Chapo” Guzmán, “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza, alias “El Azul”. Altri tempi. En los últimos quince años, todos los popes de la organización fueron eliminados o extraditados.

Si la historia de los jefes de alto rango de los carteles mexicanos es un indicador, es posible pronosticar que esta poderosísima facción del Cartel de Sinaloa y el cartel mismo se encuentra en su etapa final. Sucedió con el Cartel del Golfo, con el de Tijuana, con Los Zetas.

Cuando Juan García Abrego, “La Muñeca”, desapareció y se escondió en Juárez, Nuevo León, fue el comienzo del fin del que una vez fue el tenebroso Cartel del Golfo. Hoy pasa sus días en una prisión en el Centro Penitenciario Hazelton, ubicado en el condado de Preston, Virgina, Estados Unidos. Debe purgar 11 condenas a perpetuidad.

La salida de Benjamin Arellano Félix desde Baja California Norte para buscar refugio en Puebla igualmente marcó el final del otrora poderoso Cartel de Tijuana. Por último, la partida de Alejandro -“Z-42″- y Miguel Ángel Treviño Morales, alias “Z-40″ de su territorio en Nuevo Laredo, Tamaulipas, representó el fin del cartel más cruel de todos, Los Zetas.

México probablemente esté presenciando el final de una era histórica, en la que el más grande de todos los carteles del narcotráfico, el Cartel de Sinaloa, deje de existir como lo hizo alguna vez.

Con información de: Infobae

CD/GH

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