Jun 21, 2023 / 10:26

Los políticos enquistados en el poder

“Los políticos son como los pañales, deben ser cambiados con frecuencia y por la misma razón”. George Bernard Shaw (1856-1950) Dramaturgo, crítico y polemista irlandés. Es fácil observar cómo cantidad de políticos han estado -literalmente- enquistados ocupando cargos políticos de gobierno por décadas. Impidiendo acceso a nuevas generaciones de individuos y conservando el statu quo en muchos temas que los tiempos han exigido cambios, pero que nunca llegaron ni llegarán de la mano de estos individuos. Esos políticos enquistados, con el excesivo tiempo en posiciones políticas, se han llenado de innumerables relaciones y compromisos que ponen en duda la claridad de su gestión y disminuyen a su mínima expresión la posibilidad de cambios.

En su obra clásica ¿Por qué los partidos políticos? John Aldrich lleva a cabo un extenso estudio sobre el origen y principales características de los partidos políticos norteamericanos. Sin embargo, su reflexión puede ser tenida como válida en otros contextos democráticos y, sobre todo, como explicación abstracta.

Aldrich se mueve en una explicación del origen de los partidos típica de la ciencia política: el origen los fenómenos políticos está en la propia política.

Según su argumentación, por lo tanto, el origen de los partidos políticos está en los políticos, los activistas de partido y en el ambicioso aspirante a cargos públicos. El partido es una institución endógena, una institución moldeada por estos actores políticos.

Los partidos son la creación de políticos ambiciosos. Estos individuos persiguen metas más bien personales y el partido se convierte en la mejor organización para conseguirlas.

La idea clave es el deseo de los individuos de hacer una carrera larga y exitosa como cargo político, pero también el deseo de alcanzar fines políticos y obtener poder y prestigio dentro del gobierno.

El objetivo de cargos, poder y prestigio se obtienen dentro del gobierno, pero según Aldrich, se alcanzan mejor por medio de la acción de los partidos políticos. Así, los partidos están moldeados por las metas y ambiciones de los individuos que contienen.

Aldrich habla de tres grandes circunstancias que moldean los partidos políticos:

1) Los políticos ambiciosos se dirigen al partido político para alcanzar sus metas únicamente cuando los partidos se convierten en vehículos útiles para resolver problemas que no pueden resolver con tanta eficacia por otros medios.

2) Pero el partido no sólo debe entenderse en relación con las metas de sus militantes sino en relación también con las instituciones ejecutivas, legislativas y electorales de gobierno.

3) Importancia del contexto histórico. Los cambios tecnológicos en la forma de hacer campaña, por ejemplo, influyen de forma muy profunda en los partidos. Si en el siglo XIX los partidos eran los únicos medios viables para organizar las elecciones de masas, las tecnologías actuales permiten a un miembro del congreso organizar una campaña personal y continuada.

Aldrich concluye que, una vez que en EU se fundaron los dos grandes partidos (demócratas y republicanos), su misma presencia proporciona incentivos a los políticos ambiciosos para afiliarse a uno de ellos. Algunos de estos incentivos sólo surgen debido a la existencia previa de estos dos partidos.
oles están, a su vez, moldeados y constreñidos por los buscadores de cargos. Es una relación de dependencia e influencia mutua.

Sin embargo, los votantes no son ni buscadores de cargos ni buscadores de beneficios por lo que no forman parte del partido político. Los votantes son muy importantes, pero lo son en cuanto blanco de la actividad del partido.

Los partidos “producen” candidatos, programas electorales y políticas y los votantes los “consumen” al dar sus votos a cambio del producto del partido.

Sin duda, algunos votantes se convierten en buscadores partidarios de beneficios al hacerse activistas, bien como voluntarios ocasionales, como contribuyentes regulares o incluso como candidatos.

Pero hasta que llevan a cabo estas actividades son algo así como unos “consumidores fieles”, algo así como los más leales a la marca, pero no dejan de ser simplemente el blanco de los esfuerzos del partido para vender sus mercancías en la plaza.

La gran conclusión de Aldrich es que los buscadores y ocupantes racionales de cargos usan el partido para alcanzar sus fines.

CD/YC

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