Feb 25, 2025 / 05:30

Los árboles poseen una geometría oculta y Leonardo da Vinci siempre lo supo

El descubrimiento de que los patrones fractales presentes en la estructura de los árboles influyen en cómo percibimos su representación en el arte es una fascinante revelación que une las matemáticas, la biología y las artes visuales.

A lo largo de la historia, los árboles han sido mucho más que simples elementos de la naturaleza; han sido símbolos, fuentes de inspiración y elementos cruciales en la creación artística. Ya sea en la pintura, la escultura o incluso en la arquitectura, los árboles tienen una presencia que va más allá de lo físico, tocando aspectos más profundos de la percepción humana. ¿Te has detenido alguna vez a observar la elegante disposición de las ramas de un árbol? ¿Has sentido cómo la forma de sus ramas, su textura y su tamaño parecen tener algo casi mágico? Pues bien, la ciencia ha comenzado a desentrañar este misterio, revelando que detrás de su estructura aparentemente aleatoria se esconde una compleja y fascinante geometría que los artistas han sabido captar y representar a lo largo de los siglos.

Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Michigan y la Universidad de Nuevo México ha demostrado que la clave para reconocer un árbol, incluso en las representaciones más abstractas, está en una propiedad matemática sorprendente: la relación entre el grosor de las ramas. Este descubrimiento no solo reafirma las intuiciones de grandes maestros como Leonardo da Vinci, sino que también abre nuevas puertas para comprender cómo percibimos y representamos el mundo natural.

Las matemáticas detrás de los árboles: una herencia de Da Vinci


Leonardo da Vinci, el genio renacentista, fue uno de los primeros en sugerir que los árboles seguían un patrón matemático en su crecimiento. Su observación era simple pero profunda: el grosor total de las ramas en cada bifurcación debía ser igual al grosor del tronco. Aunque esta regla fue útil en su época, no explicaba completamente la compleja estructura fractal que caracteriza a los árboles.

Hoy en día, los fractales han emergido como la clave para entender cómo las ramas de un árbol se distribuyen y crecen. Los fractales son estructuras geométricas que se repiten a diferentes escalas, lo que significa que una pequeña parte de la estructura refleja la forma general. En los árboles, esto se observa en cómo las ramas más pequeñas replican el patrón de las ramas grandes, creando una simetría auto-similar que sigue una proporción específica.

Este fenómeno es el resultado de lo que los matemáticos llaman "exponentes de escalado". Estos exponentes definen cómo se reduce el diámetro de las ramas a medida que se alejan del tronco principal. En los árboles reales, este valor varía entre 1,5 y 3, y sorprendentemente, este mismo patrón es el que aparece en las representaciones artísticas, aunque en un formato abstracto.

El arte de Mondrian y la geometría fractal


Uno de los casos más fascinantes en este estudio es el análisis del trabajo del pintor Piet Mondrian. Mondrian, conocido por su transición del arte figurativo al abstracto, creó en 1911 una pintura titulada El árbol gris, en la que las ramas de un árbol se representan mediante simples líneas negras sobre un fondo gris. A pesar de la simplicidad de la imagen, su estructura era fácilmente reconocible como un árbol. El análisis matemático reveló que el exponente de escalado en esta obra era 2,8, lo que se encuentra dentro del rango de los árboles reales.

Sin embargo, un año después, Mondrian creó una obra mucho más abstracta titulada Árbol en flor. En esta pintura, las líneas que representaban las ramas eran de grosor uniforme, sin variación en su escala. Este cambio en la representación provocó que la imagen ya no se percibiera como un árbol, sino como un conjunto de formas ambiguas, que algunos observadores llegaron a interpretar como peces, agua o incluso bailarines. La razón de esta transformación radica en la desaparición del patrón matemático que permite reconocer un árbol: el exponente de escalado desapareció.

¿Por qué reconocemos los árboles?


El descubrimiento clave en este estudio radica en cómo percibimos los árboles. Los investigadores demostraron que, al seguir un patrón matemático determinado, el cerebro humano es capaz de identificar un árbol en una imagen, incluso si la representación es estilizada o abstracta. Este patrón, basado en la proporción de grosor entre las ramas, es fundamental para que una imagen se reconozca como un árbol. Si la relación entre los diámetros de las ramas se altera o desaparece, nuestra percepción se vuelve ambigua y la imagen deja de parecer un árbol.

Este fenómeno no es exclusivo del arte europeo moderno o de la pintura abstracta. Los investigadores también analizaron representaciones más antiguas, como los grabados del siglo XVI en la Mezquita Sidi Saiyyed en la India, y descubrieron que, a pesar de su alto nivel de estilización, las ramas seguían un patrón de escalado similar al de los árboles reales. Este hallazgo sugiere que, independientemente de las influencias culturales y estilísticas, los seres humanos son capaces de reconocer patrones geométricos específicos como árboles, incluso cuando la representación no es literal.

Más allá del arte: Implicaciones científicas y tecnológicas


El estudio no solo tiene implicaciones para el análisis del arte, sino que también abre nuevas posibilidades en áreas como la biología, la inteligencia artificial y el diseño gráfico. En biología, los resultados refuerzan la idea de que el crecimiento de los árboles sigue principios matemáticos que han sido seleccionados a lo largo de la evolución para optimizar su supervivencia. La distribución fractal de las ramas permite una distribución eficiente de los nutrientes y el agua, lo que asegura que las ramas más pequeñas reciban suficiente soporte para crecer.

En el ámbito de la inteligencia artificial, los hallazgos podrían mejorar la forma en que los algoritmos generan imágenes naturales. Los investigadores sugieren que, al integrar principios fractales en los algoritmos de generación de imágenes, se podrían crear representaciones más realistas de la naturaleza. Esto no solo tiene aplicaciones en la creación de arte digital, sino también en la simulación de entornos naturales para videojuegos o películas.

Además, el estudio también resalta la importancia de la geometría fractal en la percepción humana y su aplicación en campos como la arquitectura. Los patrones fractales, que producen una sensación de armonía visual, ya se utilizan en el diseño de espacios para crear ambientes agradables. Esta investigación sugiere que los mismos principios podrían aplicarse a la representación de árboles en medios digitales, mejorando nuestra experiencia visual al interactuar con la naturaleza en el entorno digital.

El descubrimiento de que los patrones fractales presentes en la estructura de los árboles influyen en cómo percibimos su representación en el arte es una fascinante revelación que une las matemáticas, la biología y las artes visuales. Desde las observaciones de Leonardo da Vinci hasta las pinturas abstractas de Mondrian, la relación entre la geometría y la naturaleza ha sido un tema recurrente en la historia de la humanidad. Este estudio demuestra que hay una clave matemática universal que no solo nos permite reconocer un árbol, sino que también tiene aplicaciones en una amplia variedad de disciplinas científicas y tecnológicas. La próxima vez que mires un árbol, recuerda que detrás de su apariencia se esconde una compleja danza matemática que lo hace tan único y fascinante.

Con información de: Muy Interesante

CD/WM

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