Jun 06, 2022 / 08:27

Lo que viene para el 24

Una vez pasadas las elecciones en seis estados (Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes) donde Morena ganó 4 que son Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo y hasta el momento Tamaulipas y perdió en Durango y Aguascalientes, vendrá un análisis, una reflexión entre todos los partidos políticos y de inmediato se pondrán a trabajar rumbo a 2024.

A lo mejor el precandidato Marcelo Ebrard es ahora el más cotizado, sino va por Morena seguramente tocarán a su puerta el PAN y hasta Movimiento Ciudadano.

Nadie cree que AMLO quiera un debut y despedida, va querer la continuidad de la 4t. Tendrán que ver los pros y contras de cada candidato, quien le garantiza el triunfo. Antes de 2024 vienen las elecciones en el Estado de México y Coahuila, donde se podrían dividir triunfos y Morena podría llegar a tener 23 gubernaturas.

Los otros candidatos Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández al igual que Ebrard tuvieron la oportunidad de visitar en la campaña política seis estados, la gente los vio y le gritaron ¡Presidenta Presidenta! o ¡Presidente Presidente! Fue algo así como el aplausómetro.

Tendrá que venir como es normal un ajuste en el gabinete, unos entran y otros salen. Hay compromisos que no ha cumplido AMLO y es hora de pagar los compromisos. Amor con amor se paga.

Ahora con 22 gobernadores es posible ellos tengan derecho a opinar, aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador ya debe estar analizando cual es el perfil más adecuado para llevar a un candidato triunfador.

Es que gane de Morena es el que le va cuidar la espalda una vez que salga triunfador.

Y Vargas comenta que en cambio en la otra esquina las pretenciosas ambiciones políticas de Alejandro Moreno (Alito), presidente del Comité Ejecutivo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no solo está dividiendo la unidad interna, si es que la hay, sino que hacia el exterior pone en riesgo la coalición Va por México, que hasta ahora le ha dado buenos resultados con el PAN y el PRD.

Hay que darse un chapuzón para revisar un poquito la historia de los dirigentes del tricolor en funciones y se podrá observar que la militancia, en ningún caso, ha visto con buenos ojos la candidatura de sus dirigentes nacionales en pos de la silla del águila; lo anterior, a razón de que militantes y simpatizantes de la nomenclatura priista se sienten usados o engañados ante los evidentes objetivos de carácter personal de sus dirigentes y que, por supuesto, no son los mismos de la base militante.

Basta checar la generalizada opinión pública han calificado el “autodestape” del dirigente nacional, también conocido como Alito, como una broma de mal gusto o una ocurrencia, sin que esta gracejada tenga impacto a considerar en las mediciones demoscópicas y mucho menos en la realpolitik del momento.

Y como si algo faltara en la fallida autopromoción del también diputado federal, lleva ya varios días desde que, en el mundo mediático, al oriundo de Campeche le filtraron unos audios y que no lo dejan bien parado ni con sus paisanos, ni con la militancia nacional de su partido, y mucho menos con dirigentes y militantes de sus aliados políticos que piensan llegar juntos en una alianza para la competencia presidencial de 2024, además de los delitos electorales y penales que conllevan sus palabras de mea culpa.

Este mes va marcar el rumbo de ese partido al que en más de una ocasión, le han vaticinado su muerte, pero ahí sigue, aunque hoy la ineptitud, corrupción y desdén a la militancia, han dado en la línea de flotación del PRI.

El escenario del PRI en cuanto a mantener sus prerrogativas como partido político a nivel nacional, se recompone ante la salida de Alejandro Moreno, si se logra democratizar el proceso de selección del nuevo líder de ese partido.

Hay que ver si los tricolores tienen la capacidad de reinventarse bajo la renovación democrática o si de plano volverán a las andadas con la práctica del amiguismo y compadrazgo.

Durango donde se estimaba una elección cerrada la Coalición le ganó por más de 10 puntos a Morena. Hubo abstencionismo en Oaxaca y Quintana Roo, aunque en la tierra de Benito Juárez pudo haber sido por las afectaciones del paso del huracán “Agatha”.

CD/JV

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