Dic 09, 2025 / 00:37

Lisbeth Jiménez: el primer gran movimiento del nuevo tablero político en Veracruz

En Veracruz, nada es casual y mucho menos en el terreno donde se cruzan la justicia y el poder. La llegada de Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre a la Fiscalía General del Estado es, en sí misma, un mensaje político cuidadosamente codificado. No es solo un relevo institucional: es el primer movimiento de fondo en el nuevo ciclo gubernamental que encabeza Rocío Nahle García.

La frase que circula en los pasillos, “en menos de 72 horas dará un manotazo”. No es mera especulación. Es, más bien, la confirmación de que la fiscal aterrizó en el cargo con un plan previamente diseñado y con pleno respaldo político. No se trata de improvisar, sino de ejecutar.

La gobernadora de Veracruz apostó por una figura que no solo conoce la estructura jurídica del Estado, sino que entiende cómo se mueve el poder en Veracruz. Jiménez Aguirre no llega a aprender. Llega a operar. Y eso, en clave política, implica recomponer inercias, desmontar estructuras y enviar señales a quienes aún creen que la Fiscalía es un territorio autónomo de facto.

Cada nueva administración necesita un golpe de autoridad para marcar distancia con el pasado. Para Nahle, ese golpe no podía venir desde la retórica, sino desde una institución estratégica: la procuración de justicia. Ahí se tejen alianzas, se construye gobernabilidad y, sobre todo, se desarticulan resistencias.

Por eso, el inminente “golpe de timón” no es únicamente un gesto hacia la ciudadanía, que ciertamente exige resultados, sino un mensaje hacia adentro del sistema político veracruzano. Un recordatorio de que la nueva administración ya tomó control del tablero y está dispuesta a mover las piezas que considere necesarias.

La expectativa es enorme. Y la presión también. Pero todo indica que Jiménez Aguirre llega con la ruta trazada. Recomponer, reordenar y redefinir el equilibrio interno de una institución que durante años fue epicentro de tensiones políticas.

En los próximos días sabremos si la nueva fiscal logra convertir su llegada en un punto de inflexión. Lo que está claro es que Veracruz ya entró en una nueva etapa y que la Fiscalía será uno de los escenarios donde se medirá, desde ahora, la fuerza real del nuevo gobierno.

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