Ene 14, 2024 / 09:49

Las campañas políticas

***En las campañas políticas electorales a veces es más efectivo hablar de errores para contraponer aciertos. ¿Por qué escribir sobre los errores y no sobre lo que hay que hacer bien? Primero, porque hay demasiados artículos sobre lo que sí hay que hacer y muy pocos sobre lo que no hay que hacer. Por otro lado, porque, aunque en la campaña en la que usted, estimado lector, está participando, se haga todo lo que el manual de campañas dice que hay que hacer, quizás también esté cometiendo errores que, a la larga o a la corta, le van a costar caro en el resultado de la elección.
En general, la mayoría de los consultores saben a poco tiempo de empezar si una campaña es competitiva o no por la cantidad de errores que comete. Hay gratas sorpresas, campañas que corrigen el rumbo, otras que ganan recorriendo caminos de lo más improbables, pero, en la gran mayoría de los casos, las elecciones las ganan las campañas que cometen menos errores.
Cabe decir que muchas veces los errores se cancelan entre sí, porque todas las campañas los comenten, lo que no permite a ninguna sacar una ventaja de esta situación. La idea es, justamente, que su campaña pueda salir beneficiada ante los errores de sus adversarios.
Hay países de América Latina donde las campañas toman las calles, donde hay una densidad insalubre de fotos de candidatos por metro cuadrado en la vía pública, afiches en cada poste de luz, vallas publicitarias por todos lados, flyers entregados en cada esquina, y jingles que suenan a un alto volumen desde camiones con parlantes gigantes.
Lo llamativo cuando uno transita esas calles tomadas por la campaña, es que toda la comunicación política se ve igual.
El secreto de ser aburrido es contarlo todo, decía Voltaire. No animarse a diferenciarse en un estilo, en una escala de valores, en atributos o en propuestas, es lo mismo a decir todo y a no decir nada. Cuando nadie se diferencia, termina ganando el que mejor posicionado llegó al comienzo de la campaña o quien pertenece al partido más popular. No termina definiendo el candidato sino lo que lo rodea, el contexto.
Pero, cuidado, tampoco es bueno para la campaña diferenciarse a cualquier costo; no toda publicidad es buena. La diferenciación está bien siempre que siga a la estrategia, sea parte de los objetivos trazados y tenga el tono y el lenguaje planteados en el documento estratégico. No todo video que se hace viral por ridículo sumará a la campaña.

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