- De Cuentas Alegres y Topes Rebasados: El Suspenso de la "Victoria" en la Laguna Azul

Bienvenidos. Hoy la barra sirve un trago que se llama Última Instancia, servido en copa de cristal fino pero sobre una mesa que no deja de temblar. El escenario es el norte del estado, específicamente esas playas de laguna azul que parece ser el escenario de una novela de suspenso legal que mañana, 30 de diciembre, llegará a su capítulo final en la Sala Superior.

Hablamos de una “victoria” que hoy cuelga de un hilo, o mejor dicho, de un fajo de facturas. Porque en política, como en la vida, el problema no es solo ganar, sino cómo se pagan las cuentas de la fiesta.

1. El Pecado de la Abundancia

Nuestra protagonista presume un triunfo en las urnas, pero los números —esos fríos y despiadados jueces— dicen que se le pasó la mano con el presupuesto. Rebasar los topes de campaña es, en el argot electoral, el equivalente a querer ganar una carrera de caballos usando un motor de jet: podrá llegar primero, pero la trampa invalida la medalla.

Resulta satírico que, tras años de experiencia política, se caiga en el error más básico: la aritmética de fiscalización. Mañana sabremos si esa “generosidad” en el gasto se convierte en el boleto de regreso a casa, pues la ley es clara: quien gasta más de lo permitido, no solo falta a la equidad, sino que le abre la puerta de par en par a la nulidad.

2. El 30 de Diciembre: ¿Uvas o Impugnaciones?

Mientras el resto del estado prepara las doce uvas, en cierto sector de la política veracruzana se están preparando los amparos o las maletas. La Sala Superior tiene la última palabra y no hay margen de error. La sátira se escribe sola: ¿Se puede llamar “triunfo” a algo que está a punto de ser borrado por un plumazo de los magistrados debido a un exceso de “entusiasmo” financiero?

Es fascinante ver la resiliencia de quien, sabiéndose en falta con los topes de gasto, sigue sosteniendo la sonrisa frente a las cámaras. Mañana la Sala Superior decidirá si premia la desmesura o si aplica el rigor de la norma, dejando a nuestra figura en el frío invierno de la invalidez electoral.

3. La Oposición: Espectadores de un Naufragio Anunciado

La oposición, fiel a su estilo, observa desde la barrera. No defienden, no proponen, solo esperan a ver si el barco termina de hundirse para ver qué restos pueden rescatar del naufragio. Es la ironía de un bloque que prefiere perder por un tecnicismo ajeno que ganar por una propuesta propia. Si la elección se anula, se quedarán sin su “figura”, pero con el consuelo estéril de que “al menos no ganó el otro”.

El Cierre: Un Trago de Realismo Judicial

Mañana se acaba el juego de las sombras. El rebase de topes de campaña es la mancha que no se quita con discursos ni con publicaciones en redes sociales. La Sala Superior tiene la oportunidad de enviar un mensaje claro: en Veracruz, la democracia no se compra con excesos.

La pregunta que mañana encontrará respuesta es: ¿Valió la pena gastar de más para ganar un cargo que podrías perder antes de que suenen las doce campanadas de año nuevo?

Sírvanse, con la mirada puesta en el estrado, porque mañana la justicia electoral servirá el último trago del 2025.

CD/VC