Ene 15, 2024 / 09:48

La lealtad, como otros valores humanos, no encajan en una única definición

*** La lealtad, como otros valores humanos, no encajan en una única definición, incluso han cambiado las maneras de entenderla y de asumirla, así hay formas de lealtad que implican fidelidad a los valores morales, a las personas, a los compromisos a través de la palabra y del honor, hasta lealtades más sumisas, complacientes, falsas o simplemente interesadas. La lealtad es compromiso, con uno mismo, con la verdad, con los principios, con las causas que se defienden. La lealtad vale tanto en política como en los demás aspectos de la vida, amistad, pareja, trabajo etc.

La lealtad se ha relacionado directamente con la práctica de la veracidad, porque tener las agallas decir la verdad, es un modo de practicar la lealtad para uno mismo y también para con los demás. El tema de la lealtad política se encuentra en íntima conexión con el de la obligación política. Podría decirse, que la lealtad política es el contenido de la obligación política. La obligación política es, desde luego, obligación de obedecer las leyes, pero eso no es lo que la caracteriza específicamente, y ni siquiera es válido referir esa obligación a las leyes, (la Constitución y demás normas básicas de la organización del Estado), porque eso es una obligación jurídica y la obligación política no se agota en los deberes jurídicos. El carácter específico de la obligación política radica en una implicación relacional, en una situación de poder, que debe ser mantenida mediante y en virtud de una recíproca lealtad por parte de cada uno de los elementos de la relación que constituye la unidad política en cuestión.

En política se puede perdonar que hayan agarrado una cucharita del presupuesto, que se hayan involucrado con una mujer, pero lo que es pena de muerte es la deslealtad política y muchos pagan caro ese delito.

CD/YC

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