Sep 06, 2025 / 10:42

Gran plaga olvidada: Langostas se devoraron a México en 1925

* Así como ahora se extiende en el sureste el gusano barrenador del ganado, hace un siglo millones de esos insectos provenientes de Centroamérica causaron estragos en la República, lo que provocó la creación de una ley

Ciudad de México.- Desde 1924, la infestación de langosta azotó territorio mexicano: La problemática se extendió en 1925, principalmente en el sur y sureste del país, afectando campos de cultivo con repercusión directa a la producción de campesinos y trabajadores agrícolas, esencialmente, de maíz y frijol.

Por ello, en la recta final del mandato del presidente Álvaro Obregón, se expidió la Ley de Plagas, considerada como el primer marco normativo en la materia en el país. Su reglamento ordenó de manera oficial el combate a la langosta por medio de una campaña a cargo de la entonces Secretaría de Agricultura y Fomento.

Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Yucatán, Campeche y Tabasco fueron las regiones donde comenzaron a reportarse los primeros casos con mayor impacto en la pérdida de plantaciones. “Enormes mangas de langosta en el sur”, destacó Excélsior en su primera plana a principios de abril.

La marea de insectos de gran tamaño proveniente de Guatemala dejaba una extensa sombra a su paso sobre las poblaciones a lo largo de su trayecto de ingreso hacia tierras mexicanas. Ante la emergencia, México solicitó la intervención del gobierno guatemalteco en la contención de la migración de langosta, principalmente hacia Chiapas y Campeche como principales focos de propagación.

Oaxaca, uno de los estados más afectados, registró un incremento significativo de la plaga en diferentes municipios que contaban con alerta de alto riesgo sanitario. Campesinos, pobladores e integrantes de las brigadas emprendieron una incesante lucha empleando palas, dispersores, químicos; prendiendo fuego a zonas severamente dañadas como un último recurso desesperado por salvar los plantíos y contener el avance del mal al centro del país.

En Chiapas, se determinó que los insectos pertenecían a la llamada langosta voladora, una especie difícil de controlar, capaz de acabar con varias hectáreas de cultivo en poco tiempo. Además, la invasión trajo consigo serias consecuencias a la salud, aunque no se precisó la cifra, según información del Archivo Histórico Excélsior, que da cuenta de casos de cólera y disentería, entre otras infecciones gastrointestinales entre los pobladores, así como muerte de ganado.

Tan sólo en Veracruz, en una semana las brigadas dedicadas a evitar la proliferación de la crisis destruyeron más de 4 toneladas de langosta. Por lo tanto, la Secretaría de Agricultura y Fomento tomó la determinación de sólo controlar los enjambres hasta julio de 1925, época durante la cual la langosta se reproduce debido a la aparición desmedida de nuevos enjambres en esa temporada.

A pesar de las incesantes labores de mitigación, el fenómeno terminó propagándose con fuerza durante casi dos años. Algunos estados como Veracruz y Puebla consiguieron erradicar casi por completo a la langosta, sin embargo, inmensas nubes de acridio arribaban a Yucatán sin que pudieran ser controladas.

Por otro lado, ya para finales de 1926 en la zona del Bajío podían verse ejércitos de insectos volar con rumbo desconocido. Con el paso del tiempo, el tema dejó de cobrar relevancia informativa y quedó en el olvido.

El problema de la langosta no logró ser exterminado en su totalidad por los gobiernos de Obregón y Plutarco Elías Calles bajo el argumento de la falta de presupuesto ante la afectación de las finanzas nacionales debido al conflicto revolucionario recién concluido en aquel momento.

Con información de: Excélsior.com

CD/YC

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