
La cobardía silenciosa
Martini Político
José Rafael Villa Guzmán
El Cóctel Tlacuache: Mucho ruido, cero refugio
Bienvenidos a este servicio de barra, después de lo ocurrido en el norte del Estado de Veracruz.
Si la barra digital estuviera abierta hoy, el ruido sería ensordecedor: gritos, críticas, acusaciones. Pero curiosamente, después de un desastre natural, solo hay silencio. El ambiente se siente extraño, porque los clientes más ruidosos han desaparecido. ¿Dónde están esos polítiquillos y politiquillas que critican la coma de cada documento oficial, que viven subidos a la red social, que no perdonan una foto mal tomada?
Están escondidos. Se han hecho el tlacuache político: se agazapan, se hacen los occisos, esperando que la tormenta pase para poder salir a criticar los escombros una vez que el peligro se haya ido. Su cobardía, en momentos de tragedia, es más ruidosa que todas sus críticas juntas.
1. El Elixir de la Queja Diaria (El Ingrediente Inflable)
El Elixir de la Queja Diaria es lo que estos personajes sirven en tiempos de paz. Es el ingrediente inflable, la espuma que sube con la mínima agitación. Se trata de políticos cuya existencia depende de señalar el error ajeno, de criticar sin aportar y de convertir cada bache en un escándalo nacional.
Viven de la popularidad efímera que les da el like fácil, demostrando una valentía digital que no requiere más esfuerzo que mover un dedo. Su crítica es un ruido constante y superficial, diseñado para molestar, pero incapaz de construir. Son adictos al micrófono, pero solo cuando la sala está vacía de peligro.
2. El Calor de la Tormenta (La Prueba de Fuego)
El Calor de la Tormenta es la prueba de fuego de la política. Cuando la naturaleza golpea, la crisis cambia el escenario: ya no se trata de quién critica mejor, sino de quién responde mejor. El juego pasa de ser un debate a ser una emergencia.
En este momento, la política demanda presencia, solidaridad, trabajo en equipo y, sobre todo, silencio constructivo. Se necesita gente con botas, no con smartphones listos para un selfie de protesta o un “en vivo” en el que juran que jamás dejaran de defender a su pueblo, pero a la hora de la hora, no estan. Este calor es el que expulsa del sistema a los impostores, pues el trabajo de campo no se tuitea, se suda.
3. La Desaparición del Tlacuache (La Rodaja Escondida)
Y aquí viene el ingrediente central de la hipocresía: La Desaparición del Tlacuache Político. Estos críticos profesionales, tan valientes en la comodidad de su oficina, se vuelven invisibles cuando la inundación o la desgracia tocan a la puerta de sus representados.
Ni ofrecen centros de acopio, ni suben una balsa, ni se aparecen para coordinar una sola acción de auxilio. Simplemente se hacen los occisos, como el animal que simula la muerte para evitar el peligro. Su cálculo es simple y cínico: si critico y ayudo, el mérito es del gobierno; si me callo y dejo que todo arda, podré salir después a culpar a todos. Revelan así que su única función en la barra es hacer ruido, y que el sufrimiento humano no es su causa, sino solo un pretexto para su próxima campaña.
El Cierre: El Trago del Deber Incumplido
El Cóctel Tlacuache es el trago más ruin y deshonroso que se puede servir en la barra de la política. El momento de la desgracia es el único test de carácter verdadero. La ciudadanía debería marcar con fuego quién estuvo ausente y quién se agazapó en una situación extraordinaria, después de estar todo el tiempo ordinario como “cuchillito de palo”.
Recordemos siempre a aquellos que hicieron el mayor ruido en tiempos de calma, pero que solo ofrecieron un silencio cobarde cuando se les necesitaba para la tormenta. Su "política" es una farsa, y su silencio, su confesión.
Sírvanse, solo es un trago, perdón si raspa.
CD/YC
* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Cambio Digital.
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