Ene 02, 2024 / 10:39

Hay mucho político gañán

Hay mucho político gañán. La lealtad (no confundir con gratitud ni estómagos agradecidos) es uno de los ingredientes básicos de la política. No se puede avanzar en un proyecto político sin leales, de los de verdad, esos que luchan por convicción propia, más allá del interés legítimo. Simplemente por la satisfacción que produce creer en un proyecto que va íntimamente relacionado con una forma de pensar y vivir.

Hace más de un siglo, el filósofo estadounidense Josiah Royce exponía en “La filosofía de la lealtad” que ésta era “la devoción consciente, práctica y amplia de una persona a una causa”. Pues bien, sorprende que en el terreno político a día de hoy haya una ausencia casi aberrante de lealtad.

Hoy los leales parecen no tener espacio en la política: se hacen acusaciones antes que propuestas, muchos vendidos antes que forjadores, y oportunistas antes que probos. Ya no importan las ideas, sino sólo destruir el físico del contrario que a mayor abundamiento resulta estar en el mismo partido político o tendencia ideológica. Los caníbales de la política y las hienas del poder danzan estratégicamente en torno a sus ocasionales víctimas, bajo la mirada cómplice de políticos, jueces, militantes, simpatizantes, todos han caído en el maremágnum de la idiotez colectiva.

CD/GU

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