May 07, 2025 / 12:16

Exposición conmemorará medio siglo del decreto del programa Pago en Especie

México.-El programa Pago en Especie de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) permite a los artistas cubrir sus obligaciones fiscales mediante la entrega de obra de su autoría. Es un innovador mecanismo tributario, único en su género. Con este programa se ha conformado un acervo representativo del arte moderno y contemporáneo del país.

Este año se cumple medio siglo del decreto presidencial que autoriza a la SHCP recibir de los artistas que produzcan obras de artes plásticas en forma independiente, el pago del impuesto al ingreso de las personas físicas, que causen directamente por dicha actividad, con obras de su producción. Para conmemorar el hito, la institución prepara una exposición, aun sin fecha, tanto documental como de obra, para el Museo de Arte de la SHCP.

Los antecedentes del programa se remontan a 1957, cuando un grupo de artistas, encabezado por David Alfaro Siqueiros, solicitó al entonces director del Impuesto sobre la Renta, Hugo B. Margáin, la opción de pagar sus impuestos mediante obra plástica de su autoría. Al respecto el funcionario escribió en 1982 acerca de la plática con el pintor y muralista en la que “se gestó la idea de permitir a los artistas el pago de sus impuestos por medio de obras de arte.

“Siqueiros tenía organizado a un grupo de pintores y a uno de ellos se le había embargado por la falta del pago del impuesto derivado de sus ingresos. Con vehemencia, Siqueiros alegaba que un pintor no sabe de contabilidad ni de las complicaciones establecidas en las leyes impositivas. ‘Lo único que tenemos –me dijo– son cuadros, y si quieres podemos pagar nuestras obligaciones al gobierno con la entrega de algún cuadro’. ‘No me parece mala idea’, le contesté. Podríamos, por virtud de este sistema, coleccionar un acervo artístico contemporáneo importante y lo estableceríamos en un museo especialmente hecho para el caso. Estoy seguro de contar con el apoyo de los empresarios y banqueros para la erección del museo.”

La propuesta fue aprobada por el entonces secretario Antonio Carrillo Flores y la respuesta de los artistas fue entusiasta. De acuerdo con Margáin, Diego Rivera entregó su cuadro El estudio del artista y poco después tres obras correspondientes a los meses finales de su vida (falleció el 24 de noviembre de 1957): El obrero reconstructor de Varsovia, Paisaje urbano y Rompiendo el hielo en Bratislava. La contribución de Rivera en realidad representó una donación, ya que no tenía adeudos.

Rufino Tamayo entregó el cuadro La Venus fotogénica, mientras Adolfo Best Maugard envió su pintura Zapata. Otros artistas como Raúl Anguiano, Joaquín Martínez Navarrete y José Chávez Morado, entre muchos más, tuvieron una participación semejante.

El éxito iba en aumento. Margáin señala:”El novedoso procedimiento se hizo extensivo a grabadores y escultores, y fue tan notable que países cultos de Europa vinieron a retratar las obras entregadas, en un principio exhibidas en el Salón de los Escudos de la SHCP, y más tarde en la Capilla de la Emperatriz. De esta suerte se formó el principio de un excelente museo de arte contemporáneo mexicano”.

A la distancia, el funcionario público valoró los resultados del programa: La contribución de los artistas en especie debe considerarse, además, como un estímulo al movimiento artístico nacional contemporáneo. Desde el punto de vista de los intereses nacionales puede asegurar que esta forma de pago en especie, lejos de lesionar los intereses económicos del Estado, lo enriquecieron. Todas las obras recibidas entonces tienen un valor mucho mayor ahora de lo que los artistas adeudaban al fisco.

El programa Pago en Especie fue formalizado por medio de un decreto presidencial publicado el 6 de marzo de 1975 en el Diario Oficial. Entre los criterios se consideró que proteger y acrecentar los bienes y valores que constituyen el acervo cultural de la Nación y hacerlos accesibles a la colectividad constituye una de las finalidades de la función social educativa. Con tal fin, conviene que el Estado adquiera una muestra representativa de las artes plásticas, obra de autores mexicanos o extranjeros que obtienen ingresos gravables por su actividad artística en el país. Para hacer accesibles a la colectividad las obras que adquiere el Estado, éstas deben ser expuestas en salones o museos a los que concurra el público en general y exhibirlas en el extranjero como ejemplo de la creación artística nacional de nuestro tiempo.

Aunque el acervo del programa está integrado principalmente por pintura y escultura, se ha modificado para modernizar su operación. Hoy incluye formatos como fotografía, instalación, arte sonoro y arte digital.

Selección rigurosa de Vicente Rojo

Debido a que la colección es la tarjeta de presentación del arte que se hace en el país, los creadores inscritos en el programa procuran mandar lo mejor de su producción. Un ejemplo es Vicente Rojo (1932-2021). El pintor, grabador y escultor entregó su primera obra al programa en 1976, y no sólo se mantuvo en activo en ello hasta sus últimos días, sino que siempre seleccionó sus mejores piezas, expresó a La Jornada en 2021 Nadia Hernández Serrano, directora de control de colecciones de la Dirección General de la Conservaduría de Palacio Nacional y Patrimonio Cultural de la SHCP.

Sabemos que el maestro fue un artista muy disciplinado y comprometido con su obra, además de mantener estándares muy altos en cuanto a su creación, apuntó Hernández Serrano con motivo de la exposición Una trayectoria, una colección: Vicente Rojo, montada en el Centro Cultural Estación Indianilla. Las 48 piezas que el artista entregó al programa a lo largo de los años están organizadas a partir de siete de las series que el artista trabajó a lo largo de su vida: Señales, Negaciones, Códices, Recuerdos, México bajo la lluvia, Escenarios y Volcanes.

Con información de: La Jornada

CD/AT

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