Jul 31, 2023 / 07:56

Evangelio del día 31 de julio de 2023

Lunes, 31 De Julio
Lunes de la 17a semana del Tiempo Ordinario
Calendario ordinario
Beata María Hueber , San Ignacio de Loyola
Evangelio según San Mateo 17,22-27.

Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres:
lo matarán y al tercer día resucitará". Y ellos quedaron muy apenados.
Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?".
"Sí, lo paga", respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?".
Y como Pedro respondió: "De los extraños", Jesús le dijo: "Eso quiere decir que los hijos están exentos.
Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle Homilía atribuida a San Macario de Egipto (¿-390)

monje
Homilía nº 24

Hasta que la pasta fermente con la levadura del Espíritu

Después de la transgresión de Adán, los pensamientos del alma, lejos del amor de Dios, se dispersaron y se mezclaron con pensamientos materiales y terrestres. Adán, por su transgresión, recibió en sí mismo la levadura de las malas tendencias. Así, por participación, todos los nacidos de él, de la raza de Adán, tienen parte en esta levadura. Luego, las malas disposiciones crecieron y se desarrollaron entre los hombres hasta el punto de llegar a toda clase de desórdenes. Finalmente, la humanidad entera se vio penetrada de la levadura de la malicia…
De manera análoga, durante su estancia en la tierra, el Señor quiso sufrir por todos los hombres, rescatarlos con su propia sangre, introducir la levadura celestial de su bondad en las almas de los creyentes humillados bajo el yugo del pecado. Quiso perfeccionar en ellos la justicia de los preceptos y de todas las virtudes hasta que, penetradas de esta nueva levadura, se unieran para el bien y formaran "un solo espíritu con el Señor" según la palabra de san Pablo (1Cor 6,17). El alma que está totalmente penetrada de la levadura del Espíritu Santo ya no puede tener en ella el mal y la malicia, tal como está escrito: "El amor no tiene en cuenta el mal recibido" (1Cor 13,5). Sin esta levadura celestial, es decir, sin la fuerza del Espíritu Santo, es imposible que el alma sea trabajada por la ternura del Señor y llegue a la vida verdadera.

CD/JV

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