Jul 19, 2023 / 07:31

Evangelio del 19 de julio del 2023

¿Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

Miércoles, 19 De Julio
Miércoles de la 15a semana del Tiempo Ordinario
Calendario ordinario
San Símaco , San Reticio Más…

Evangelio según San Mateo 11,25-27.
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Diario, nº 1692 (La Divina Misericordia en mi alma, Editorial Padres Marianos 4ª edic. autorizada Stockbridge, Massachussets 2001, p. 333, rev.)

Te adoro, Creador y Señor mío
Te adoro, Creador y Señor, oculto en el Santísimo Sacramento. Te adoro por todas las obras de Tus manos, en las cuales se me revela tanta sabiduría, bondad y misericordia. Oh Señor, has esparcido tanta belleza sobre la tierra y ella me habla de Tu belleza, aunque es sólo un pálido reflejo de Ti, belleza incomprensible. Y aunque Te has escondido y ocultado, y has ocultado Tu belleza, mi ojo, iluminado por la fe, llega hasta Ti y mi alma reconoce a su Creador, a su Bien supremo y mi corazón se sumerge completamente en una plegaria de adoración.
Creador y Señor mío, Tu bondad me animó a conversar Contigo. Tu misericordia hace que desaparezco el abismo que separa al creador de la criatura. Hablar Contigo, oh Señor, es el deleite de mi corazón. En Ti encuentro todo lo que mi corazón puede desear. Aquí Tu luz ilumina mi mente permitiéndole conocerte a Ti cada vez más profundamente. Aquí torrentes de gracias fluyen sobre mi corazón, aquí mi alma obtiene la vida eterna.
Oh Creador y Señor mío, además de ofrecerme estos dones, Tu Mismo Te entregas a mí y Te unes íntimamente a Tu criatura miserable. Aquí nuestros corazones se entienden sin buscar palabras; aquí nadie es capaz de interrumpir nuestra conversación. Aquello de lo cual hablo Contigo, oh Jesús, es nuestro secreto que otras criaturas desconocerán y por el cual los ángeles no se atreven a preguntar. Son los perdones secretos que conocemos sólo Jesús y yo, es el misterio de su misericordia que abraza a cada alma individualmente.
A causa de esta inconcebible bondad Tuya. Te adoro, oh Creador y Señor, con todo mi corazón y toda mi alma. Esta adoración mía es muy miserable e insignificante, no obstante estoy serena, porque sé que Tú sabes que es sincera aunque tan imperfecta…

CD/GL

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