Ene 07, 2024 / 09:07

Estrategias de campañas

***Vargas comenta que hay que recordar que en política gana quien menos se equivoca. En la carrera maratónica por ganar, los protagonistas siempre cometen errores. Es difícil no cometerlos en un mundo tan cambiante y con diferentes tipos de electores. Es, precisamente, lo que enseña el libro. Todo candidato que aspira a una alcaldía, gubernatura, legislador o presidencia, tiene un solo objetivo: ganar y vencer a sus rivales. Ese mismo objetivo también lo tiene el equipo de trabajo que se engrana para lograr su cometido. Pero es, justamente, en esa búsqueda por ganar la elección, donde menos errores se deben cometer. Conocedores del tema basados en su experiencia de más de doscientas cincuenta campañas como estratega político explican la importancia de tener siempre un objetivo principal y claro, que no se debe dejar de lado antes, durante y después de una elección. Escoger muy bien al equipo de campaña para que después no digan que “a Chuchita la bolsearon”, un plan de investigación de la opinión pública, el análisis y la estrategia de la campaña, desarrollo del mensaje, plan de medios y canales de comunicación, hacer parte del éxito que debe tener una buena campaña política. Escrito con un lenguaje sencillo, directo y fácil de entender.

El candidato como protagonista de la campaña. Lo clásico cuando se comienza una campaña es hacerla alrededor del candidato. Que la foto sea del candidato, que el eslogan resalte las cualidades del candidato, que haya videos del candidato hablando a cámara, que haya otros sonriendo con su familia mientras un perro corretea feliz alrededor, que las redes sociales tengan miles de fotos del candidato en distintas situaciones, que haya TikToks donde el candidato baila aparatosamente, hasta se lo muestra jugando al futbol y parece que lo hace bien.
Pero… ¿dónde está la gente? Sí, la gente, aquellos a los que el candidato pretende beneficiar. ¿No deberían también ser parte de la campaña?
Hoy la campaña política debe ser un espejo de la gente, reflejarla, representarla. Que vean en ella sus anhelos, sus sueños y esperanzas. Las candidaturas deben ser empáticas o, mejor, no ser nada. Los políticos no son otra cosa que una herramienta para hacerle la vida a la gente un poquito mejor, un poco más fácil. El candidato que gana es aquel que mejor representa los valores de la mayoría y su forma de ver el mundo.
Empezar a trabajar cuando comienza la campaña. No hay nada peor para un consultor político que lo contraten cuando comienza la campaña electoral, porque entonces ya es demasiado tarde. Hay muy poco por hacer, más allá de intentar resolver la coyuntura para lograr el mejor resultado posible.
Las campañas comienzan mucho antes de que realmente comiencen, incluso antes de que se designen los candidatos o de que esté claro el contexto. Investigar, planificar, generar el equipo de campaña, crear los protocolos para un trabajo organizado y eficiente, posicionar al candidato para que entre a la contienda con los atributos correctos y buena imagen son tareas que no llevan días ni horas: llevan meses.
El trabajo tiene que comenzar al menos un año antes de la elección; mientras más tiempo haya de preparación, mejor. Lo primero que se hace es investigar, hacer una encuesta de muchas preguntas para entender el contexto y delinear el borrador de lo que será la estrategia de campaña. También se realizan grupos focales para entender en profundidad la información recabada por la encuesta.
Después hay que comenzar a armar el equipo, empezando por el gerente de campaña, que debe ser alguien de plena confianza del candidato, pero nunca él mismo. Así también para el área financiera, legal, comunicación, territorio, contenido, política y agenda. Parece fácil, pero encontrar a la persona correcta para el puesto es difícil y lleva tiempo.
Después hay que generar los métodos y el protocolo de trabajo para que estas áreas puedan trabajar coordinada y eficientemente: periodicidad de las reuniones, minutas, seguimiento de los compromisos, entre otras decisiones tácticas importantes. Tomar estas definiciones también es un trabajo que requiere tiempo.
El desarrollo de la estrategia para que el candidato llegue lo mejor posicionado posible a la campaña y a la ejecución de esta, también es un trabajo que debe hacerse con anterioridad al comienzo de la contienda electoral.
En definitiva, hay mucho trabajo por hacer antes del comienzo oficial de una campaña, y eso no se hace de un día para el otro. El tiempo, como se dice habitualmente, es el único recurso que no se puede recuperar. Seamos ricos en tiempo, comencemos lo antes posible. En pocas palabras una campaña no es enchílame esta gorda.

Otras: