Jul 31, 2024 / 01:50

¿En qué consistía la teoría de los cuatro temperamentos, del médico y filósofo Galeno?

España - El carácter o el temperamento son conceptos fundamentales en psicología y se refieren a diferentes aspectos del comportamiento humano.

En concreto, el temperamento se refiere a los aspectos innatos de la personalidad que se manifiestan desde una edad temprana. En otras palabras, es el conjunto de predisposiciones emocionales y de comportamiento determinadas por la genética y la biología.

A este respecto, el filósofo y médico griego Claudio Galeno (c.129 -c.201) formuló una teoría basada en los principios de la medicina hipocrática y las ideas filosóficas de Empédocles. Se trata de la teoría de los cuatro temperamentos, una antigua doctrina que intenta explicar las diferencias en la personalidad humana y el comportamiento mediante el equilibrio de cuatro humores corporales.

Desde Pérgamo este médico romano se trasladó hasta Roma en donde se convirtió en el médico de distintos emperadores.

Esta teoría se basa en el humoralismo, cuyas raíces se encuentran en el pensamiento del filósofo griego Empédocles, quien postuló que todas las sustancias conocidas estaban compuestas por combinaciones de los cuatro elementos básicos: tierra, aire, fuego y agua.

Cada uno de estos elementos tenía cualidades específicas que, según Empédocles, podían explicar las propiedades de todas las cosas. Hipócrates, el padre de la medicina, adoptó y adaptó estas ideas al contexto de la medicina, desarrollando un modelo que atribuía las cualidades de los elementos a cuatro fluidos corporales o humores: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. Más tarde, cada uno de estos fluidos corporales o humores se asociarían con los distintos temperamentos de los que hablaría Galeno.

La expansión de Galeno
Dos siglos después de Hipócrates, Claudio Galeno amplió aquella teoría para incluir la personalidad y el comportamiento humano. Según Galeno, los niveles y el equilibrio de los humores en el cuerpo no solo determinaban la salud física de una persona, sino también sus inclinaciones emocionales y conductuales, o temperamentos.

Así, Galeno identificó cuatro temperamentos principales, cada uno asociado con un humor específico. Es decir, los cuatro temperamentos -sanguíneo, flemático, colérico y melancólico- que distingue Galeno se basan en el equilibrio de los 'humores' del cuerpo. Según su planteamiento, si alguno abunda en exceso, predominará el tipo de personalidad correspondiente:

Temperamento sanguíneo
Las personas de temperamento sanguíneo se describen como alegres, optimistas, sociables, enérgicas y seguras de sí mismas. Tienden a ser extrovertidas y disfrutan de la compañía de otros. Sin embargo, pueden ser impulsivas e inconstantes. En casos de exceso de sangre, estas personas mostrarían un comportamiento egoísta, de acuerdo con Galeno.

Temperamento flemático
Por otro lado, las personas con temperamento flemático son amables, tranquilas, constantes y racionales. Son vistas como confiables y estables, aunque también pueden parecer pasivas o indiferentes. Pueden ser lentas en sus acciones y tímidas en situaciones sociales debido a un exceso de flema, según la teoría de Galeno.

Temperamento colérico
De acuerdo con esta clasificación, las personas coléricas son ambiciosas, enérgicas y decididas. Destacan como líderes naturales y a menudo son personas dominantes y de fuerte voluntad, además de fogosas y apasionadas. Sin embargo, su tendencia a la ira y la irritabilidad puede ser un problema cuando hay un exceso de bilis amarilla en el cuerpo, tal como creía este filósofo.

Temperamento melancólico
Asimismo, distingue a los melancólicos que se caracterizan por ser serios, reflexivos y analíticos. Tienden a ser perfeccionistas y meticulosos, con una inclinación hacia las artes y la poesía. Sin embargo, pueden ser propensos a la tristeza y la depresión, especialmente en el caso de que hubiera un exceso de bilis negra.

Desequilibrio de los humores
Galeno creía que los problemas del temperamento se debían a desequilibrios en los humores. Aunque algunas personas nacían predispuestas a ciertos temperamentos, Galeno afirmaba que estos desequilibrios podían corregirse mediante intervenciones específicas.

Recomendaba el uso de dieta y ejercicio para restaurar el equilibrio de los humores. En casos extremos, se podían requerir incluso purgas o sangrías. Por ejemplo, se creía que un comportamiento egoísta debido al exceso de sangre podría tratarse reduciendo el consumo de carne o practicando una sangría para liberar sangre.

Influencia y legado
La teoría de los cuatro temperamentos de Galeno dominó la medicina hasta el Renacimiento. Sin embargo, en 1543, el médico italiano Andrés Vesalio identificó numerosos errores en las descripciones anatómicas de Galeno, contribuyendo a la caída de su autoridad en la medicina. A pesar de esto, la teoría de los temperamentos dejó una huella notable.

En el siglo XX, la influencia de Galeno fue evidente en la obra de psicólogos como Hans Eysenck. En 1947, Eysenck concluyó que el temperamento tenía una base biológica y observó que las dos dimensiones de la personalidad que identificó —neuroticismo y extraversión— recordaban a los antiguos temperamentos.

Aunque la teoría de los humores ha sido superada por modelos más avanzados en psicología, la idea de Galeno sobre la relación entre las enfermedades físicas y mentales sigue siendo relevante en algunas terapias actuales. Esta antigua teoría no solo proporciona una visión histórica de la medicina y la psicología, sino que también pone de relieve la búsqueda continua del ser humano por entender la complejidad de la naturaleza humana.

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Con información de: Muy Interesante

CD/NR

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