Feb 11, 2022 / 08:30

En extinción los grupos políticos

En México la conformación de los grupos políticos va en extinción. Siguen, pero no con la misma fuerza de los que se estilaba. Un grupo político es, en realidad, una comunión de intereses y de beneficios, que hace que las personas sumen espontáneamente voluntades, acciones, actitudes en una dirección que advierten, individual y autónomamente, que los va a beneficiar a todos. Es entonces cuando se empieza a observar una acción política consistente.

Los grupos políticos son una parte de la red personal de un líder y, más específicamente, es una porción de su subred profesional. Esta subred es también política porque esta actividad se ha convertido en el rol central del sujeto, en el cual deposita su prestigio y estatus. Sin embargo, toda la subred no es el grupo político. Éste se constituye con las personas más cercanas al líder, aquellas con quienes comparte experiencia política y administrativa, trayectoria profesional, edad, educación y aspiraciones de ascenso y poder. Son las personas que lo han acompañado a lo largo de su carrera política, quienes han colaborado directamente con él, y entre ellas y el líder se ha desarrollado una amistad que se expresa en un sentido de lealtad como valor compartido.

La subred puede expresarse gráficamente como una estrella cuyo centro es el líder y las puntas sus amigos, es decir, su grupo. Esto constituye un primer círculo o zona primaria. El segundo está integrado por amigos o conocidos de los miembros del grupo, con algunos de los cuales el mismo líder tiene contacto; no obstante, no son indispensables porque a él le representan servicios específicos. De ahí que no siempre aparezcan en todas las etapas de su carrera o que figuren en puestos secundarios. En suma, la idea del grupo político no elimina el principio del interés, sino que lo desdobla en dos sentidos: uno es aquel que comparten los miembros y que es tan sólo un agregado al conjunto de afinidades; otro, es el que sirve al líder y a algunos o todos los demás miembros, para establecer compromisos de diferente duración con otras personas. Mientras que en el segundo caso la satisfacción del acuerdo lleva a concluir el compromiso, en el primero el objetivo es temporal, pues se trata de alcanzar el poder y mantenerse juntos.

La lealtad no debe entenderse en el sentido de qué si soy leal a X persona y después al gobernador en turno, voy a dejar de serlo con el primero. El principio es que no le pidan que actúe en contra de una gente que él aprecia, que lo apoyó, que es su amigo. El político del estado tiene muy claro que la amistad que él tiene con un político, un gobernador, es para siempre. Y el límite que tiene un político es no pedirle a su colaborador que sea desleal al otro. Es, al mismo tiempo, garantía de que no me será desleal a él.

La conformación de los grupos políticos en México implica un conjunto de principios y reglas de comportamiento que los hace muy distintos de las pandillas que las interpretaciones tradicionales han desarrollado. Primero, existen valores comunes que permiten la identificación de algunas personas en el medio de la política. Segundo, la determinación de un objetivo (en este caso, alcanzar el poder) y, por ende, un conjunto de acciones planeadas para hacerlo realidad.

Una idea clara de un grupo político la ejemplificó el expresidente José López Portillo, quien confesó en uno de sus memorias cuáles fueron los criterios que empleó para integrar su gabinete y cubrir otros puestos:

1. Los amigos que había hecho durante su carrera política, entre quienes se encontraban: Julio Rodolfo Moctezuma Cid (Secretaría de Hacienda y Crédito Público); Emilio Mújica Montoya (Secretaría de Comunicaciones y Transportes); Carlos Tello Macías (Secretaría de Programación y Presupuesto); José Andrés de Oteyza y Fernández (Secretaría de Patrimonio); Guillermo Rossell de la Lama (Secretaría de Turismo); Pedro Ojeda Paullada (Secretaría del Trabajo); Fernando Solana Morales (Secretarías de Comercio y de Educación Pública); Francisco Merino Rábago (Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos); y Fernando Rafful Miguel (Secretaría de Pesca).

2. Funcionarios cuya capacidad había comprobado también en su carrera y con quienes le unía la amistad, pero además el agradecimiento y el afecto, como Emilio Martínez Manatou (Secretaría de Salubridad y Asistencia); Jorge Díaz Serrano (Pemex); Arsenio Farell Cubillas (IMSS); Gustavo Romero Kolbeck (Banco de México).

3. A políticos que se habían desempeñado eficazmente durante la campaña, como: Edmundo Flores (Conacyt); Pedro Ramírez Vázquez (Secretaría de Obras Públicas); David Ibarra Muñoz (Secretaría de Hacienda y Crédito Público); Santiago Roel García (Secretaría de Relaciones Exteriores).

4. Políticos prominentes del PRI, que además habían pertenecido al gabinete de Luis Echeverría Álvarez, como: Porfirio Muñoz Ledo (Secretaría de Educación); Hugo Cervantes del Río (Comisión Federal de Electricidad); Augusto Gómez Villanueva (Presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados).

5. Políticos de carrera que estaban relegados, con probada capacidad y, sobre todo, que contaban con la fuerza de un grupo, como: Jesús Reyes Heroles (Secretaría de Gobernación); Carlos Hank González (Departamento del Distrito Federal); Jorge Rojo Lugo (Secretaría de la Reforma Agraria); Óscar Flores Sánchez (Procuraduría General de la República).

6. Finalmente, a políticos que representaban gremios, sindicatos o grupos de distinta fuerza o alcance, como: Carlos Jonguitud Barrios (ISSSTE); Agustín Alanís Fuentes (Procuraduría de Justicia del Distrito Federal); Luis Gómez Zepeda. (Ferrocarriles); Enrique Olivares Santana (Gobernación); José Campillo Sáinz (Infonavit). Los seis criterios revelan la necesidad de conciliar compromisos, dar representación a tendencias y grupos (desde regionales hasta sectoriales), retribuir apoyos, y también llevar a sus amigos como los colaboradores más cercanos. El reparto de secretarías revela nítidamente dónde estaba la representación, el compromiso y la necesidad de asegurarse el control directo: los amigos en las áreas de economía y finanzas; la representación en donde los conflictos políticos requerirían experiencia y negociación (Gobernación, Departamento del Distrito Federal, Secretaría de la Reforma Agraria), y los compromisos en áreas sectoriales como el ISSSTE, Ferrocarriles, el Congreso, etcétera.

CD/JV

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