En la novela del Gabo "El otoño del patriarca", narra que "en  el fin de semana los zopilotes se metieron por los balcones de la casa presidencial, destrozaron a picotazos las mallas de alambre de las ventanas y removieron con sus alas el tiempo estancado en el interior, y en la madrugada del lunes la ciudad despertó de su letargo de siglos con una tibia y tierna brisa de muerto grande y de podrida grandeza".

Cualquier parecido con la realidad de Dante es mera coincidencia. La última declaración del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que dijo no tener interés en participar en un proyecto que no entiende, aunado a las pasadas declaraciones del mandatario de Nuevo León en que advirtió, “nadie logrará que me pelee con AMLO”.

Queda claro que a Dante “le han removido el tiempo estancado y lo despertaron de su letargo de podrida grandeza”.

Por si fuera poco, Enrique Alfaro armó una coalición de diputados federales, locales y hasta ediles en contra el MC de Dante.

Enrique Alfaro se había desligado semanas antes de la estrategia equivocada de Dante al no sumarse al “Frente Amplio” y querer ir solo por la candidatura a la presidencia del país. O bien, esperar un pez gordo que renunciará al partido en el poder y sumarlo a su proyecto.

Samuel García, gobernador de Nuevo León, ya desde hace tiempo le ha mandado un mensaje a Dante para avisarle que no se sumaría a los ataques de MC en contra del ejecutivo porque era como darse un balazo en el pie y echar abajo los macroproyectos que le urgen a Nuevo León.

Prácticamente las dos fuerzas con las que contaba Dante se le están desmoronando entre las manos.

Dante ha minimizado los dichos de Enrique Alfaro y ha guardado silencio a lo expresado por Samuel García, este último hermanado con Luis Donaldo Colosio Riojas por un compadrazgo que demuestra el afecto y la afinidad ideológica.

Nada más falta que Dante “ no tenga quien le escriba”.

CD/YC