El poder público enferma, trastoca la racionalidad y sustituye los ideales por los deseos, apuntala al yo narciso y vuelve a los seres humanos en falsarios e hipócritas. Rara vez alguien se mantiene inmaculada su condición humana social y sale indemne del ejercicio del poder, a estos últimos, con desprecio llamamos “idealistas”, y sujetos desprendidos de la realidad, porque no entienden, “que el que no tranza no avanza”, como se entendía el ejercicio del poder público, aunque esto haya sido la causa de nuestra crisis pública.

Qué pasa en México, por qué la pobre calidad de nuestra democracia y nuestra política, y de aquellos que hacen política y llegan a detentar el poder público. Se les conoce desde lejos la ambición de esa clase política, algunos por continuar ejerciendo el poder público, y otros, por volver a detentarlo. No hay diferencias, tanto los que actualmente detentan el poder público como los que quieren volver “al pinche poder”, no dudan en situarse en la cultura de la simulación y la mentira, cómo le cuesta a esa clase política decir y escuchar la verdad, cómo le cuesta ser honesta y transparente.

La pobre oposición a AMLO construyendo “fenómenos políticos”, Ricardo Anaya (en fuga), Lilly Téllez (en el ostracismo involuntario), y ahora Xóchilt Gálvez, en su búsqueda por competir sin proponer nada, conservadurismo haciendo una oposición fascistoide y desleal desde el primer minuto que perdieron el poder (2018), incapaces de entender que el proceso electoral termina cuando se cuentan los votos y se dice a quién el pueblo mexicano le dio su preferencia y su confianza, y que es tiempo de hacer propuestas, críticas constructivas, sumarse a resarcir “el desmadre” que ellos mismo provocaron con sus conductas malsanas y sediciosas, y sin escrúpulos se han pasado actuando como si fueran “otros”, que no fueron ellos los que provocaron esta crisis pública en todos los indicadores sociales de México, quienes se la pasaron haciendo de la política el arte de la corrupción velada y perversa.

Ahora los vemos unirse lo que supuestamente eran posiciones ideológicas diferentes, y con ello, le dieron la razón a Obrador al señalar que “son lo mismo”, una misma clase política envilecida por la ambición al poder, que sin escrúpulos se juntan y quieren parecer lo que nunca han sido ni serán, ¡demócratas! Incapaces de entender que esa 4ª transformación que necesita México es también su responsabilidad, como lo fueron en su momento para todos los mexicanos, la Independencia, la Reforma y la Revolución. Y dejaron que la 4ª T. se convirtiera en un nombre ideológico sin contenido, una marca de un partido político.

Y ahora los vemos intentar engañar a México con un pesudo proceso democrático para elegir a su corcholata, que muerta el anterior “fenómeno político” (Lilly Téllez) que construyeron, quien el mismo Fox se vanagloriaba de ser la mejor opción, y coludidos y encabezados por el poder económico, en corto tiempo, erigieron a su nuevo y, pobre y con mucha cola (de corrupción) que le pise, “fenómeno político”, los medios si disimular el abandono cruel y sin guardar el duelo de la ex “fenómeno político” Lilly Téllez, se pusieron hablar a priori de la indígena millonaria, Xóchilt Gálvez como el nuevo “fenómeno político”; trompicados los comunicadores han trabajado en allanarle el camino hacia el regreso de la mafia del poder, como el “connotado” periodista Ciro Gómez Leyva, que de bote pronto, le lanzó la pregunta a Dante Delgado, en la última entrevista que le hizo, si el apoyo de MC está vetada la corcholata preferida del conservadurismo Xóchilt Gálvez, y éste de forma inteligente le responde: “ella todavía no es la candidata”, y le reclama que tenía que tener respeto a los demás precandidatos y a los electores del prianismo, y Ciro aparentando no entender esa inteligente respuesta del curtido en la política mexicana Dante Delgado, insiste, dejando ver el nerviosismo de la oposición a AMLO de erigir un candidato(a) que le pueda competir al candidato(a) de MORENA, PV y PT; y lo peor, vino unos días después a esa conducta tendenciosa de Leyva, ahora lo vimos en un análisis político del proceso de elección del conservadurismo, criticar a Xóchitl Gálvez por no haber levantado, pese a haber recorrido el país y con toda la cobertura mediática a favor y a modo, diciendo, y quizás dejando espacio a otra alternativa, “que a Beatriz Paredes sin haber salido de la ciudad de México y dando pocas entrevistas”, sólo le pudo sacar 12 puntos de ventaja.

Ante esa simulación democrática, y por el intento de continuar engañando al pueblo mexicano, seguro que esa “Alianza por México” no podrá llegar al poder presidencial en el 2024, año en que las bases del PRI y del PAN deben extirparse esos pseudo-líderes corruptos que son el resabio de esa clase política corrupta y malsana que destruyó a sus partidos políticos y causó la crisis pública que todavía vive México.

Pero la dirigencia de MORENA tampoco “canta mal las rancheras”, pues pese al buen gobierno del presidente Obrador, quien sabía que no le daría tiempo de resolver esa crisis pública que provocó la degeneración del poder por parte del salinismo aún vigente, ha hecho lo que ha podido y lo ha hecho bien, principalmente atendiendo a los más necesitados y afectados de ese periodo demiurgo neoliberal de corrupción del prianismo, Morena dejó que se infiltrarán y constituyen una buena parte de su columna vertebral personajes venidos principalmente del PRI, las ratas que saltaron del barco hundido, y los más lamentable, no protegió el proceso de elección de quien tendrá la responsabilidad de continuar e intentar consolidar la transición democrática que representa esencialmente la 4ª T., olvidando desafortunadamente que la 4ªT. es un proceso de regeneración democrática y política.

Esa conducta de MORENA está sometida a la ambición del poder público, desoyendo el exhorto del presidente Obrador que privilegiará el proyecto político de la 4ª T. pacífica de México, ha caído en lo mismo que el prianismo, “una simulación democrática”.

Decir la verdad, no mentir, y mantener los ideales inmaculados son principios éticos que debieron privilegiar, pero como les dije tampoco se puede esperar mucho de esa columna vertebral de la que desafortunadamente se apoyó AMLO para regenerar el poder político, que corre el peligro de quedarse en un intento, pues no le dio tiempo de constituir una nueva clase política moralmente correcta.

La denuncia de Ebrard no debe quedar en el vacío, ni analizarse a la ligera, pues simplemente es cierto, ya hace mucho tiempo la carrera presidencial posicionó a actores locales y nacionales en clanes que actualmente se disputan la sucesión de AMLO, Claudia Sheimbaum es a quien más actores políticos nacionales y locales le están trabajando por su candidatura, y no lo hacen honesta y transparentemente, usan el poder público a su alcance para favorecerla, ya sea estatal, municipal y federal, ejemplos hay muchos.

Hay que reconocer que el proceso de elección del sucesor(a) de AMLO se desaseó y es un peligro para la necesaria 4ª T. de México. Seguro la historia reconocerá al presidente Obrador, pero dudo de su sucesor o sucesora, si siguen con ese comportamiento de simulación democrática, que paradójicamente ha sido la principal acusación al prianismo, esto tampoco quiere decir que la opción sea ese prianismo, cuando menos mientras siga secuestrado por esa banda de ladrones y apátridas que actualmente lo dirige, y mientras sea encabezado por el poder económico y mediático.

Creo que el trabajo honesto del presidente Obrador garantiza que la propuesta morenista gane la presidencia de la república en el 2024, pero eso no significa lo mejor, tendrá que ser ese mismo movimiento obradorista que “limpie la casa” y garantice esa anhelada 4ª Transformación Pacífica a México.

Agosto 2023

CD/GL