En una tarde soleada, en la avenida principal de la colonia llena de polvo, se escuchaban gritos de alegría, luego de insultos y, finalmente, el sonido de un cristal roto de mi ventana. Cuando esto sucedió, vi una pelota de fútbol atorada en la ventana, con (lo que parecía) una cara de miedo y llanto a la vez.

Segundos después, vi como salían corriendo a sus casas todos esos niños que estaban jugando fútbol. Aunque al verme por el cristal roto, algunos me gritaron: "¡fue el Ballena!". Él era el famoso en ese momento, un niño gordito, chaparrito y muy chillón.

Mi padre al ver el daño, buscó a los papás del niño para cuestionarles quién se haría carga del costo del vidrio. Ellos, para evadir la responsabilidad, argumentaron que su hijo no había sido y no tendrían por qué pagarlo. El fútbol ha generado muchas pérdidas, hablando desde que se poncha una pelota, vidrios rotos, pelotas devoradas por el perro; hasta las personales, como fracturas y raspones en las rodillas (hablando de fútbol de barrio).

Pero si hablamos de fútbol profesional, y aún más de un tema como un Mundial, que se vuelve controversial y genera una derrama económica muy exorbitante.

El fútbol durante un mundial, se vuelve cada vez más para gente de élite y empieza a alejarse más de los valores deportivos. Pareciera que, desde aquel 19 de diciembre de 1863 en Inglaterra, donde se jugó por primera vez un partido oficial, el fútbol debería morir, hablando por los años de existencia. Pero pareciera todo lo contrario, ya que el fútbol se renueva cada día y evoluciona conforme avanza la tecnología.

El deporte y el negocio se vuelven cada día más intrínsecos y ligados, convirtiéndose en el gran negocio del siglo, que no solo se juega en una cancha, sino en todo un planeta.

El fútbol llegará próximamente a México y no solo será para los que juegan, también tú pasarás a la cancha al ser consumidor y crítico, porque el balompié no solo mueve dinero, mueve conciencias, por medio de patrocinios, merchandising , camisetas y televisión. Los gritos de la pasión pondrán a temblar al "10" cada que intente meter la pelota en la portería contraria, porque el fútbol es la emoción, drama y, al final, un distractor de todo aquello que nos aflige o nos preocupa en el orbe mundial.

El balón y el pie, harán olvidar por un tiempo los problemas de inseguridad, secuestros, inflación, desempleo y falta de medicamentos en México; mientras que para el segundo tiempo, las naciones tendrán la oportunidad de ganar dinero con estos eventos, dejando para los tiempos extras todo el lavado de dinero que harán las empresas ligadas al narco. El juego donde todo el mundo gana, hasta en penales y donde jamás expulsarán la corrupción de la cancha, pero lo único seguro, pierda o gane México si te sacarán del bar donde veas el partido.

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CD/VC