Joaquín García Icazbalceta, tipógrafo, bibliógrafo, historiador y autor de una joya hemerográfica , el periódico manuscrito El Ruiseñor, murió el 26 de noviembre de 1894 en la Ciudad de México, donde había nacido el 21 de agosto de 1825.

Pocos años después de su nacimiento se intensificaba la persecución contra los españoles . Iniciada la expulsión en la legislatura del Estado de México, se convirtió en una medida de carácter general y la familia García hubo de salir de la República y emigrar a España. Residió en Cádiz hasta su regreso a México en el año de 1836. La educación de don Joaquín fue, fundamentalmente, humanista. Aprendió idiomas, llegando a dominar el latín, el francés, el inglés y el italiano, y conoció, suficientemente el alemán.

Combatió al ejército invasor estadounidense en el fatídico 1847 y concurrió a la batalla de Molino del Rey.

Dedicado por completo al cultivo de las letras, publicó primero un periódico, El Ruiseñor, que manuscribió de 1838 a 1840.

Este pequeño esbozo de periodismo, hecho cuando sólo contaba él con 13 años de edad, se encuentra esparcido entre bibliófilos y coleccionistas de joyas bibliográficas…consistía en un periódico hecho en entregas manuscritas de tamaño de 6.5 por 5 centímetros, o  sea una hermosa miniatura que da un anticipo de la ternura, exquisitez e inteligencia, de la obra tipográfica, bibliográfica e histórica que iba a desarrollar a través de su vigorosa vida.

García Icazbalceta colaboró en El Albún Mexicano, en la Ilustración Mexicana, en el Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, en el periódico La Cruz y en Memorias de la Academia Mexicana correspondiente de la Real Academia Española.

Tradujo la historia de la Conquista del Perú en 1849-1850 y el Diccionario Universal de Historia y Geografía publicó sus primeros trabajos de investigación (1852-1856).

Julio Jiménez Rueda dice en Antología de la prosa en México (1931) que García Icazbalceta “es uno de los más grandes investigadores con que ha contado México”, Menéndez y Pelayo lo reputa como:

Primera autoridad de asuntos de América. Es, además, un escritor de primera línea. Su estilo es limpio y castizo. Su erudición sorprendente, la serenidad de juicio admirable y el esfuerzo que pone en todo trabajo a que se dedica, único. A él se debe la publicación de libros y documentos que habrían desaparecido a no ser por la diligencia que él puso en coleccionarlos, editarlos y comentarlos. Aparece en primer término la obra Apuntes para un catálogo de escritores en lengua indígena en América (1866); D. Fray Juan de Zumárraga, primer Obispo y Arzobispo de México (1881); y la Bibliografía mexicana del siglo XVI (1866), son los monumentos de que se enorgullece la literatura mexicana.

En 1994 la Universidad Nacional Autónoma de México reeditó Opúsculos y biografías de Joaquín García Icazbalceta con prólogo y selección de Julio Jiménez Rueda, que se había publicado por primera vez en 1942.

CD/JV