Norberto Bobbio sostiene que la democracia
no puede limitarse a procedimientos formales,
sino que debe garantizar una distribución
equitativa del poder económico.
(Bobbio, 'El futuro de la democracia', 1984).

En estas últimas fechas dos acontecimientos variopintos destacaron en la juerga y jerga política mexicana, el vandalismo del presidente del PRI en la tribuna de los senadores de la república y los logros de los gobiernos de la 4ª T., el rescate de la pobreza a más de 13 millones de mexicanos y los indicadores macroeconómicos que sitúan a México como una de las economías más fuertes dejando atrás por mucho a Italia y a Finlandia.

El caso “Alito” como popularmente llaman a Alejandro Moreno Cárdena, presidente nacional de la otrora maquina electoral del PRI que gobernó México por 71 años hasta que en el 2000 perdiera la elección con el PAN, por cierto, partido político que creímos era su auténtico rival, y que después de sus frustradas transiciones democráticas y sus pésimos gobiernos se desveló que eran más de los mismos y de lo mismo (corrupción y simulación democrática) y, después de esos dos sexenios, el del guadalupano ex director nacional de operaciones en México y luego presidente de la división de América Latina de la compañía Coca Cola, Vicente Fox Quesada, y del generalisimo Felipe Calderón Hinojosa que inició el desangramiento que vive México por su miope estrategia de la “guerra contra el narcotráfico”, el PRI parecía que volvía por su segundo aire, al ganar la presidencia de México en el 2012 con el galán del Canal de las Estrellas Enrique Peña Nieto, que al igual que “Alito” terminó por darle el tiro de gracia al PRI como una opción electoral de los mexicanos.

“Alito” no es el viejo solitario y loco Makoke de Gravity Falls, pertenece a una clase política mexicana que para sorpresa de muchos embelesados por el hechizo de las nuevas narrativas de renovación moral no se dan cuenta que los Alitos pululan por doquier, que es una clase política con una gran capacidad de adaptación, y pueden sobrevivir en condiciones adversa y mortales, sus capacidades camaleónicas, les permiten pasar de un discurso libertario a una populista, de uno de izquierda a uno de derecha y viceversa, de estar en el PRI a brincarse a MORENA, o construir nuevos galeones piratas, partidos nacionales y locales, para continuar sus fechorías, y no es de extrañar que muchísimos aupados en el nuevo barco de MORENA principalmente padezcan de amnesia de sus pasados piratas y delincuenciales.

Alito no tan sólo es el falso tribuno sino también el ejemplo que la decadencia de la praxis política, la diferencia con los demás miembros de la clase política mexicana es su descaro y sinvergüenza, que lo hacen presentarse negando la decadencia del PRI, sus limitaciones cognitivas e intelectuales lo llevan a responder con una verborrea esquizoide que siempre se resumen con su famoso “echar para delante”, y esto, también es el reflejo de una oposición carente de un proyecto de nación desde donde hacer política diferente y plantear las todavía soluciones pendientes que resuelvan los graves problemas de los mexicanos, que siguen siendo los mismos, pobreza, inseguridad, salarios bien remunerados, salud y educación de calidad, etc., pese a las nuevas buenas en los estándares macroeconómicos de los gobiernos morenistas.

Me gustaría que hubiera un gran debate con grandes tribunos sobre el México que se debe construir, dentro y fuera de lo público, pero no es así, veo que la 4ª T. no puede desvelar su proyecto de país más allá de su diagnóstico monotemático del “combate a la corrupción” y de la inexistente nueva escuela mexicana que no salen de sus retoricas desgastadas freireanas (aludiendo al pedagogo Paulo Freire), desde donde balbucea una tímida posición de izquierda, y que decir de la derecha PRIANISTA, que maltrecha solo puede apelar a la retórica vulgar y actos de fuerza bruta, cada vez más cerca de desaparecer del mapa electoral mexicano.

No hay que pensar que Alito es un caso aislado, es un síntoma de la decadencia de la clase política mexicana, y que el real peligro para México es que con los mismos se pretende consolidar la 4ª ruptura histórica de México como lo fueron la Independencia, la Reforma y la Revolución, estas últimas con conceptos entendibles y diferenciables, ya que la 4ª T. alude tan sólo a un momento de cambio de poder, con una clase política que la mayoría de sus miembros provienen principalmente del PRI, con una pobre retórica que se centra en tan sólo en supuestamente “combatir la corrupción y una supuesta renovación moral”, y si pudiéramos decir algo, tan sólo podríamos hablar que la 4ª T. como un momento que se pretende las reivindicaciones pendientes de la Revolución Mexicana, pospuestas, primero, por el asesinato prematuro de Francisco I Madero, y segundo, por la dictadura casi perfecta que inicio Plutarco Elías Calle para repartirse entre los señores de la guerra los cotos de poder regionales, que tienen que ver con la justicia social.

Si en estos momentos alguien le pregunta al más avezado obradorista en el poder público qué es la 4ª T., seguro tendrá muchos problemas para definirla, y más para plantear la diferencia con las tres anteriores rupturas históricas que vivió México, esos postulados pendientes para definir la 4ª T. es el reto real de los pocos auténticos revulsivos, que no tienen cola en su pasado como priistas, como es la presidente Claudia Sheinbaum, además de plantear con precisión cómo le va hacer para lograr una economía democrática, que implica una justa y democrática redistribución de las riquezas que produce México, y pasar de ese pequeña élite económica (el 1%) que detenta más del 50% del Producto Interno Bruto de México, sin eso no hay ni habrá 4ª T., pues si bien es cierto, que hacer lo que debieron hacer los anteriores gobiernos en el poder en México, y lo hace el gobierno de AMLO no marca la excepción ni tampoco lo extraordinario, pues sacar de la pobreza a 13 millones de mexicanos todavía no resuelve el problema de si de la pobreza que viven los mexicanos, pues falta una democracia económica, es decir, pasar de una auténtica democracia electoral a una democracia económica.

Los datos macro económicos que nos alegran los oídos no debe enceguecernos que realmente el progreso es para la mayoría de los mexicanos, muy lejos están los trabajos bien remunerados, la mano de obra calificada, la paz y tranquilidad de los mexicanos, si bien es cierto, México ha superado a Italia y Finlandia en tamaño de economía total medido en paridad de poder adquisitivo (PPP), no en otros indicadores como PIB per cápita o bienestar social, pues según estimaciones de World Economics (2025): México tiene un PIB en PPP de 4.104 billones de dólares internacionales, lo que representa aproximadamente 1.9% de la economía global. Italia tiene un PIB en PPP de 3.796 billones. Finlandia alcanza 0.373 billones. Esto significa que México, por su tamaño poblacional y capacidad productiva ajustada al costo de vida, ya supera a ambos países europeos en magnitud económica total. Sin embargo, y este sin embargo es sumamente importante tener presente, Italia y Finlandia siguen por delante en: PIB per cápita (ingreso promedio por habitante), Indicadores de educación, salud, seguridad, Productividad laboral y equidad social.

Si pensamos que con esa clase política que repite religiosamente y hace extraordinario lo que es sólo el deber, AMLO lo demostró, ese es su virtud, que sin robar se podía ayudar a la gente, echando para abajo los malos augurios que si se subía el salario tendríamos crisis económica, lamentablemente su ida dejó al movimiento de la 4ª T. en los preliminares de convertirse en la auténtica cuarta ruptura histórica de México, por eso vemos que esos camaleones se despojan de su vergüenza y al igual que Alito hablan de la 4ª T. desde vida de lujo y despilfarro, ni para justificarlos, principalmente a los morenistas, ya que el argumento de Noroña que es su esfuerzo sus lujitos, no dejan de ser el gusto por el disfrute del poder bien remunerado que muy pocos mexicanos se lo pueden dar, así que si fueran verdaderos franciscanos seguro no intentaran justificar su buena vida fifí los nuevos elegido en el poder público, los morenos versión priista.

Así que México, cuidado con los Alitos, están por todos lados, falta jubilar a esa clase política mexicana que se ha acostumbrado a hacer parecer lo que no se es, la vuelta de los mismos tampoco es una opción para México, falta una auténtica revolución de las consciencias de los mexicanos, y desmitificar las pseudas revoluciones (post AMLO) y los falsos tribunos como Alito.

Septiembre de 2025

CD/VC