Oct 24, 2024 / 01:50

Descubren un nuevo planeta cerca de la Tierra que asombra a los investigadores

Estados Unidos.- A tan solo 6 años luz de la Tierra hay un nuevo planeta, un descubrimiento reciente ha captado la atención de la comunidad astronómica: un nuevo planeta, denominado Barnard b, que orbita una estrella enana roja conocida como la estrella de Barnard. Este hallazgo no solo ofrece una nueva perspectiva sobre los sistemas planetarios cercanos a nuestro Sistema Solar, sino que también plantea interrogantes fascinantes sobre la formación y la habitabilidad de planetas en torno a estrellas diferentes a la nuestra.

La estrella de Barnard, ubicada en la constelación de Ofiuco, es la segunda estrella más cercana a nuestro Sol después del sistema Alfa Centauri. Esta relativa cercanía ha facilitado la búsqueda y detección de planetas en su órbita, y ha permitido a los astrónomos emplear instrumentos avanzados como el Very Large Telescope (VLT) en Chile para explorar sus alrededores. Gracias a la sensibilidad del VLT para captar los movimientos sutiles de las estrellas, fue posible confirmar la presencia de Barnard b, el nuevo exoplaneta que se encuentra en una órbita extremadamente cercana a su estrella, a una distancia unas veinte veces menor que la que separa a Mercurio del Sol.

Una de las características que hace especial a Barnard b es su baja masa, inferior a la de la Tierra, lo que lo convierte en uno de los pocos planetas de este tipo detectados hasta ahora. Este rasgo lo sitúa en una categoría que atrae especialmente la atención de los científicos, ya que los planetas con masas menores suelen ser difíciles de detectar con las tecnologías actuales.

Sin embargo, a pesar de su tamaño más reducido, el planeta tiene un aspecto bastante inhóspito. Completa su órbita alrededor de la estrella de Barnard en apenas 3 días terrestres, y con una temperatura superficial estimada en -125 °C, parece poco probable que pueda albergar agua líquida en su superficie, lo que reduce las posibilidades de que sea habitable.

Un planeta muy cercano a La Tierra nunca visto
Sin embargo, la importancia del descubrimiento de Barnard b no reside solo en su potencial para la habitabilidad, sino en lo que representa para la astronomía. Esta detección confirma que hay planetas orbitando estrellas cercanas que, hasta hace poco, no habíamos podido observar. Los científicos consideran que este planeta es solo el principio de una serie de hallazgos similares, especialmente en estrellas vecinas como la de Barnard, que se caracterizan por ser más frías y pequeñas que nuestro Sol.

Los movimientos observados alrededor de la estrella de Barnard sugieren que podrían existir al menos tres planetas más en su órbita, aunque su confirmación requerirá más observaciones en los próximos años.

Para los astrónomos, la posibilidad de encontrar más planetas en sistemas cercanos es un aliciente que impulsa el desarrollo de nuevos instrumentos. La llegada del Extremely Large Telescope (ELT), actualmente en construcción y que se espera esté operativo en la próxima década, promete mejorar significativamente nuestra capacidad para observar estos planetas lejanos.

Con un espejo de 39 metros de diámetro, el ELT será el telescopio óptico más grande jamás construido, y su capacidad para captar detalles será crucial para estudiar las atmósferas de exoplanetas como Barnard b, permitiendo a los científicos analizar su composición y buscar signos de posibles procesos químicos que pudieran sugerir condiciones habitables.

El descubrimiento de planetas como Barnard b marca un punto importante en la búsqueda de nuevos mundos más allá de nuestro Sistema Solar. Aunque este planeta específico no parece ser el candidato ideal para la vida debido a sus condiciones extremas, su cercanía y sus características proporcionan una base valiosa para la investigación. Además, cada descubrimiento en nuestro «vecindario» cósmico nos ayuda a entender mejor los mecanismos que rigen la formación y evolución de los sistemas planetarios.

Los astrónomos no se limitan a estudiar un solo planeta, sino que están interesados en construir un panorama más completo de cómo se forman y evolucionan los planetas alrededor de estrellas enanas rojas como la de Barnard. Estas estrellas son mucho más comunes en la galaxia que estrellas similares al Sol, lo que sugiere que planetas como Barnard b podrían ser bastante habituales en el universo. Si las futuras observaciones confirman la existencia de otros planetas en la órbita de la estrella de Barnard, será posible entender mejor la diversidad de sistemas planetarios que existen y cómo se comparan con el nuestro.

El hallazgo de Barnard b fue posible gracias a la observación de un fenómeno conocido como velocidad radial, que consiste en medir las pequeñas oscilaciones que sufre una estrella debido a la influencia gravitacional de un planeta en órbita. Este método ha sido fundamental para detectar planetas fuera de nuestro sistema, pero también tiene sus limitaciones.

El VLT pudo captar estas variaciones en la estrella de Barnard, confirmando que había un planeta pequeño ejerciendo su fuerza gravitacional. Sin embargo, los astrónomos esperan que el ELT permita observar estos fenómenos con mayor claridad y precisión, abriendo la puerta a descubrimientos aún más lejanos y detallados.

Aunque Barnard b orbita demasiado cerca de su estrella y tiene una temperatura extremadamente baja, su descubrimiento anima a los astrónomos a seguir buscando planetas que puedan estar a una distancia más propicia para la vida. Un planeta ubicado un poco más lejos de la estrella podría tener condiciones más favorables, y dado que la estrella de Barnard está tan cerca, cualquier planeta potencialmente habitable en su órbita sería un objetivo perfecto para futuras misiones espaciales que pudieran estudiar sus características con más detalle.

Los próximos años serán decisivos para desentrañar los misterios que ocultan estos sistemas cercanos. Los científicos están preparados para utilizar las nuevas tecnologías y telescopios que se están desarrollando para estudiar planetas como Barnard b con una precisión sin precedentes. A medida que la tecnología avanza, se espera que descubramos no solo más planetas en nuestra vecindad cósmica, sino que también podamos explorar sus atmósferas, sus temperaturas y su composición química para entender si podrían ser candidatos para albergar vida.

En última instancia, el descubrimiento de Barnard b es una pieza más en el rompecabezas de la astronomía moderna. No es solo un planeta más detectado en los confines del espacio, sino una evidencia de que nuestro sistema solar no es único.

Barnard b abre la puerta a la posibilidad de descubrir planetas que podrían estar más allá de nuestra imaginación, y que esperan ser observados y comprendidos. La historia de Barnard b está lejos de haber terminado, y el esfuerzo por descubrir qué otros secretos ocultan las estrellas cercanas apenas ha comenzado.

Con información de: diariodeavisos.elespanol.com

CD/NR

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