Desarrollan robot que se camufla como un camaleón
Este avance puede tener aplicaciones en el campo de la tecnología de camuflaje portátil, un área de mucho interés que se ha explorado desde el siglo XIX.
El robot puede transformar su piel artificial según el lugar donde se encuentra, su forma es similar a la de un reptil, pero esa no es su principal similitud a un camaleón, sino su capacidad de cambiar de color en tiempo real para que coincida con su entorno, como un camuflaje bioluminiscente. En un video se observa que mientras el robot camina sobre una pantalla dividida en tres colores rojo, verde y azul, su piel va cambiando según el color del fondo.
Este robot camaleónico desarrollado por investigadores de Corea del Sur, encabezados por Seung Hwan Ko, de la Universidad Nacional de Seúl, puede generar su camuflaje artificial con una amplia gama de colores que se controlan de manera voluntaria gracias a una piel hecha de una serie de capas de cristal líquido termocrómico integradas a redes de nanocables de plata estampados.
Las capas de cristal líquido junto con sensores de color y sistemas de control de retroalimentación conforman un “actuador blando”, que le permite al robot detectar el color de su entorno, para cambiar y hacer la transición de su piel para que coincida con el medio ambiente en tiempo real, de la misma manera como lo hacen naturalmente varias especies de animales como los camaleones, pulpos y varios insectos.
Este avance puede tener aplicaciones en el campo de la tecnología de camuflaje portátil, un área de mucho interés que se ha explorado desde el siglo XIX, pero donde se han obtenido importantes avances en los últimos 20 años, con fines de aplicación militar, en la cual compiten grupos de investigadores y tecnólogos de varios países desarrollados.
La investigación es publicada esta semana en la revista Nature Communications, donde los autores señalan que su “estrategia consiste en integrar una capa de cristal líquido termocrómico con calentadores de nanohilos de plata apilados verticalmente y con patrones en una estructura multicapa”.
Esta es la estrategia de camuflaje más conocida y directa: mostrar un color similar al del fondo. Por ello, cualquier estrategia de camuflaje artificial debe ser capaz, cuando menos, de transmitir una amplia gama del espectro visible que pueda ser controlada y cambiada según lo exija la ocasión sin, necesariamente, tomar en cuenta la forma del objeto.
Al mismo tiempo, debe ser flexible y mecánicamente robusto, especialmente para usarse en objetos que deben ser cubiertos para pasar desapercibidos sin necesidad de modificar su estructura interna ni externa, como vehículos de guerra como tanques.
En el artículo los investigadores resaltan que su desarrollo es más práctico que los avances anteriores, puede ser escalable, de alto rendimiento y se puede utilizar en dispositivos completos; al mismo tiempo es compatible con las condiciones ambientales y los movimientos del objeto.
En trabajos previos, los investigadores reportaron los avances paulatinos como el desarrollo de un “actuador blando”, un material flexible y ligero, como un polímero, que simula el movimiento y los cambios de color de los cuerpos vivos, compuesto por polietileno de baja densidad (LDPE), cloruro de polivinilo (PVC) y nanocables de plata.
Este es un elemento esencial para fabricar un robot biomimético que se calienta con un tinte sensible a la temperatura que cambia su reacción en función de la temperatura y se conecta con un electrodo de nanohilos de plata transparente y que se estira. En un artículo publicado en la revista Advanced Functional Materials, Seung Hwan Ko y sus colaboradores dieron a conocer su actuador blando anisotrópico de cambio de color (CASA), con capacidad biomimética, es decir, de camuflaje.
Con esta característica, los materiales cambian de aspecto al doblarse en cierta dirección al calentarse y vuelven a su forma inicial al enfriarse.
De esta manera, se produce una torsión o una flexión en función de la temperatura.
Este actuador blando se mueve libremente al tener una diferencia de coeficiente de expansión térmica y se dobla a una temperatura muy inferior a los 40 grados Celsius y puede durar más de diez mil flexiones.
A diferencia de los robots convencionales, que son pesados y rígidos, los fabricados con el actuador blando son más ligeros y flexibles, ya que utilizan diferentes tipos de láminas de macromoléculas cuyo coeficiente de expansión térmica cambia según su dirección física.
Además, usan un tinte sensible a la temperatura que permite cambiar de color con el movimiento. Si bien la capacidad de camuflaje de los animales es más eficiente y complejo este es un avance notable con múltiples aplicaciones.
Con información de: Excélsior
CD/YC
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