Feb 24, 2024 / 00:40

Desarrollan biocombustible en la UNAM Juriquilla

Ciudad de México - Investigadores del Instituto de Ingeniería en la UNAM Juriquilla, encabezados por Idania Valdez Vázquez se encuentran desarrollando biocombustible y otros productos para la industria a partir de residuos agrícolas.

Al respecto, la investigadora titular comentó que su materia prima es todo aquello que queda después de las cosechas, como rastrojo, olotes o material vegetal y natural; de ahí que, en particular para su investigación ellos están utilizando rastrojos de maíz, trigo y sorgo.

No obstante, la academica precisó que depende de la zona del país son los residuos que se utilizan, pero siempre apuntando a que las biorrefinerías yacen como el siguiente paso de la economía circular que, por norma, todos los países deben de aplicar.

De la misma forma, Valdez Vázquez compartió que los materiales utilizados para hacer el biocombustible son sometidos a diferentes procesos mediados por bacterias, para obtener diferentes productos que tienen usos en la industria.

Por ello, dijo, algunos de estos materiales se pueden usar para producir plásticos, otros como biocombustibles.

Asimismo, en lugar de usar gas natural utilizan hidrógeno, prometedor a nivel mundial porque no genera gases de efecto invernadero o butanol, que pudiera sustituir a la gasolina.

Por otro lado, la investigadora queretana señaló que al tratarse de un proyecto nacional, lo que han hecho es ver cuáles son las principales zonas agrícolas en el país, y entonces, hacerlo de esas regiones para las pruebas en el laboratorio.

De acuerdo con los investigadores involucrados, en la primera fase se recibe la materia prima, la biomasa; y ahí se identifica la condición en la que llega, pues a veces está completa y otras “troceada”, dependiendo del productor.

Posteriormente, la primera parte del proceso es la separación y revisar que no venga contaminada (color y forma) con otro tipo de biomasa.

Luego, molerla, tamizar y pasa al proceso de fermentaciones, explicaron.

Luego, en el segundo proceso se coloca la biomasa en fermentadores. Al ser residuos difíciles de degradar por estar compuestos de fibras, estas se degradan.

Todo ello con el objetivo de obtener productos que tienen valor añadido o industrial, como por ejemplo producir ácido láctico, que a su vez sirve para hacer bioplásticos.

Con información de: La Voz de Queretaro

CD/NR

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