Sep 20, 2025 / 10:16

De Tamaulipas a Tabasco: Un viaje de 18 horas para conocer el corazón productivo de Veracruz

Esaú Valencia Heredia

* Un recorrido inédito de Cambio Digital

Tamaulipas.- Un trayecto de casi mil kilómetros desde Tampico, Tamaulipas, hasta los límites con Tabasco permitió constatar la fuerza, la cultura y el esfuerzo de los veracruzanos que día a día sostienen gran parte de la economía estatal.

Durante 18 horas de carretera, se recogieron testimonios, imágenes y experiencias que ningún medio había documentado en un sólo recorrido.

Trabajo y tradición en cada parada

En la Huasteca Alta y Baja, pequeños comercios exhiben la riqueza local: Artesanías, platillos típicos y atractivos turísticos que hablan de un Veracruz diverso. Mujeres y hombres emprendedores convierten su trabajo en sustento, pero también en orgullo de identidad.

Salir de Tampico, Tamaulipas, con rumbo a los límites de Tabasco no fue un simple viaje por carretera: Fue un recorrido por la esencia de Veracruz. Casi mil kilómetros de asfalto, 18 horas de camino y una sola misión: reconocer el esfuerzo de quienes, con trabajo diario, sostienen la economía del estado.

El amanecer apenas despuntaba cuando inició la jornada. La maleta cargada no sólo de ropa sino de ilusiones y compromiso de cumplir el objetivo, el tanque lleno y el ánimo dispuesto a descubrir, kilómetro a kilómetro, la vida que late en cada rincón del territorio veracruzano.

El rostro productivo del estado

La carretera fue el escenario donde apareció el mosaico de la cultura y la economía local. Tiendas de artesanías al borde de la vía, comercios con fruta de la temporada, fondas que ofrecían antojitos regionales, donde también hay que reconocer las manos de las mujeres que preservan la gastronomía ancestral. La Huasteca Alta y Baja, la zona centro y sur mostraron su vitalidad en cada parada que fue un recordatorio de que Veracruz es mucho más que territorio: Es gente que transforma con sus manos el futuro de cada región.

Allí estaban las manos que trabajan el barro, las que amasan tortillas al comal, las que reciben con hospitalidad a los visitantes. Veracruz es tierra de contrastes, pero también de resiliencia y orgullo.

Cerro Azul: La voz de la gente

En Cerro Azul, el camino se detuvo para escuchar. Los pobladores compartieron con pesar que este año no hubo Grito de Independencia. Pero la esperanza se renovó con la promesa del presidente municipal electo, Fernando Hernández Spinoso “Pollito”: “En los próximos cuatro años tendrán la certeza de que juntos gritaremos ¡Viva México!”.

El cansancio como compañero

El cuerpo resentía la falta de descanso: Apenas cinco horas de sueño en la víspera. Sin embargo, en la memoria resonaban las palabras de la presidenta municipal electa de Veracruz, Rosa María Hernández Espejo: “No claudicar”. Ese recordatorio fue gasolina extra para continuar.

En cada caseta, en cada gasolinera, el saludo de la gente fue motivo de aliento. “Jálale que es cherna”, como decía el abuelo Amelio Heredia, y esa frase se convirtió en consigna para no detener el volante. Y así fue, a trabajar y avanzar, siempre con gratitud por la calidez de la gente.

Kilómetro a kilómetro: Veracruz trabajador

En gasolineras, restaurantes, casetas y tiendas de conveniencia se encontró el mismo común denominador: Trabajadores entusiastas, comprometidos con su labor cotidiana.

El norte olvidado y las nuevas obras

El recorrido también dejó ver las carencias. En el norte del estado, los pobladores recordaron que llevaban más de 50 años sin obras carreteras de gran magnitud. Hoy, con recursos estatales y supervisión de la gobernadora, Rocío Nahle García, se realizan trabajos que buscan transformar la conectividad de la región.

Un recorrido inédito

Este viaje fue también una constatación: Ningún medio informativo se había propuesto atravesar en un día el territorio veracruzano desde Tamaulipas hasta Tabasco. La experiencia permitió ver realidades que a menudo pasan desapercibidas en el centro de la agenda pública.

El norte del estado, por ejemplo, ha sido una región olvidada durante décadas, sin embargo, hoy se ejecutan proyectos que buscan cambiar la historia.

La seguridad en las carreteras

Hubo un tiempo en que, pasada la noche, transitar por las vías veracruzanas era un riesgo. Los pobladores lo recuerdan bien: Después de las nueve era mejor no salir. Hoy, los retenes, los patrullajes y la vigilancia han devuelto confianza a los caminos. Y eso se sintió en cada tramo del viaje.

Un avance que se refleja en la tranquilidad de los automovilistas.

Un privilegio junto a la gente

Al concluir las 18 horas de carretera, el cansancio cedió ante la satisfacción de haber convivido, aunque fuera por instantes, con hombres y mujeres que hacen grande a Veracruz. Gente buena, cálida y resiliente.

Más que un recorrido, fue una oportunidad de acercarse a la gente que día con día hace grande a Veracruz. Obreros, comerciantes, amas de casa, estudiantes, cada uno con una historia, con un aporte silencioso pero invaluable.

Este recorrido no sólo unió kilómetros, sino también historias de esfuerzo y esperanza

“Gracias, muchas gracias por seguirnos en este recorrido”, fue el pensamiento final. Porque no se trató sólo de atravesar un estado: Se trató de reconocer que en cada kilómetro hay un rostro, una voz, una esperanza.

CD/YC

Únete a nuestro canal de Whatsapp y entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Notas del día: