Ene 11, 2025 / 17:25

¿De qué se arrepienten las personas cuando fallecen?, esto dice una experta de la UNAM

Ciudad de México.- El final de la vida es un terreno lleno de emociones y pensamientos complejos como el arrepentimiento. A medida que las personas se acercan a sus últimos días, los recuerdos y reflexiones sobre las decisiones que tomaron a lo largo de su existencia afloran con mayor intensidad.

Susana Ruiz Ramírez, psicóloga clínica especializada en salud mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, investigó los arrepentimientos más comunes a lo largo de la vida, con un enfoque particular en las personas mayores. Según la experta, “los arrepentimientos son comunes en la vejez, debido a la reflexión sobre nuestras acciones y la proximidad de la muerte. Esto nos lleva a preguntarnos qué podemos hacer aún para irnos con tranquilidad”.

De acuerdo con diversos estudios y testimonios de pacientes en cuidados paliativos indican que los arrepentimientos más frecuentes incluyen no haber seguido los propios sueños, haberse dedicado en exceso al trabajo, no haber expresado emociones, no haber encontrado la felicidad y no haber mantenido relaciones cercanas. Ruiz Ramírez analizó estos temas a partir de su amplia experiencia profesional en el campo de la salud.

Los arrepentimientos más comunes en la vejez

Según la investigación de Susana Ruiz, los arrepentimientos más comunes incluyen haber trabajado en exceso, no haber expresado los sentimientos de manera adecuada y no comprender los cambios que ocurren en las amistades a lo largo del tiempo, lo que puede generar remordimientos por no haberles prestado la atención necesaria.

  • No seguir mis sueños: este tipo de arrepentimientos está vinculado con metas no alcanzadas. “Hay que diferenciar entre sueños idealistas e inalcanzables y aquellos que aún son posibles. Por ejemplo, un paciente quería viajar en moto por México y, aunque no recorrió todo el país, visitó varios lugares. Sin embargo, si alguien aspira a ser futbolista a los 30 años, es más complicado”, explicó la experta para la revista UNAM Global.
  • Trabajar demasiado: algunas personas experimentan arrepentimiento por no haberse desarrollado en la carrera que deseaban o por no haber invertido el tiempo suficiente con su familia. “El trabajo puede ser un impedimento para estar con seres queridos, pero si trascendemos en él, el arrepentimiento es menor. Quienes no aportan en su ambiente laboral tienden a ser más infelices y a tener mayores arrepentimientos”, señaló Ruiz Ramírez.
  • No hablar de mis sentimientos: la académica resaltó que “Después de la Segunda Guerra Mundial, se promovió ocultar los sentimientos negativos. Esto ha llevado a una cultura de reprimir emociones desagradables, lo cual puede causar más daño a largo plazo. Es importante aprender a comunicarnos con asertividad y empatía desde la infancia”.
  • No conservar amistades: “Debemos entender que somos seres en constante cambio y algunas amistades pueden terminar. Es válido arrepentirse por no haber cultivado ciertas relaciones, pero es necesario evaluar por qué se dejaron esas amistades. Esto nos ayudará a decidir si queremos retomarlas o simplemente comprender por qué ya no son parte de nuestra vida”, comentó Ruiz Ramírez.
  • No fui feliz: el arrepentimiento por no haber experimentado la felicidad es un sentimiento complejo, ya que cada individuo tiene su propia visión de lo que significa ser feliz. “La felicidad suele ser momentánea, lo que hace comprensible que algunas personas se arrepientan de no haber sido felices, incluso si tuvieron una vida satisfactoria”, explicó la psicóloga.

¿Cómo vivir con menos arrepentimiento?
Para vivir una vida con menos arrepentimientos, Susana Ruiz Ramírez propone tomar medidas activas en lugar de simplemente lamentarse. Es fundamental abordar las situaciones que nos generan malestar y buscar soluciones, en lugar de quedarse estancado en los errores del pasado. Adoptar una actitud proactiva nos permite avanzar y aprender de las experiencias.

Otro aspecto clave es alcanzar una tranquilidad espiritual, que no necesariamente tiene que estar ligada a creencias religiosas, sino a la capacidad de dar amor y perdón. Este enfoque, más allá de lo religioso, fomenta una paz interna que ayuda a dejar atrás resentimientos y cargas emocionales, permitiendo una vida más plena.

Además, Ruiz Ramírez enfatiza la importancia de aceptar lo que es inmutable. Si algo no puede ser cambiado, aferrarse a ello sólo genera sufrimiento innecesario. Perdonarse a sí mismo es un paso esencial en este proceso, así como identificar las lecciones positivas que se pueden extraer de las experiencias difíciles, transformando los arrepentimientos en oportunidades de crecimiento personal.

Con información de: Infobae

CD/GU

Únete a nuestro canal de Whatsapp y entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Notas del día: