Jul 11, 2025 / 02:00

Con comales, calcetas y labiales: así buscaron políticos el voto de las mujeres

México.- Durante su campaña presidencial Carlos Salinas, regaló tortilleros, abanicos, y hasta calcetas blancas para niñas; Felipe Calderón entregó labiales; y Enrique Peña Nieto, comales forjados con su nombre. Éstos son sólo algunos de los objetos con los que la clase política ha buscado atraer a su favor el voto de las mujeres; un derecho comenzó hace 70 años.

Con Adolfo Ruiz Cortines en la Presidencia de la República, el 3 de julio de 1955 se llevaron a cabo las elecciones federales intermedias para renovar a los 162 diputados federales que conformaron la XLIII Legislatura. Esa fecha, las mujeres mexicanas mayores de edad ejercieron un nuevo derecho: votar y ser votadas para cargos federales.

Era la primera vez en la historia nacional que las mujeres ejercieron su derecho y aquél año, la Organización Editorial Mexicana (OEM) documentó que sólo 20 mujeres participaron como candidatas de un total de 356 contendientes. Además, se estima que participaron más de cuatro millones de mujeres en dichas elecciones.

La investigadora Claudia Benassini Félix cuenta que las crónicas de la época narran que muchas mujeres tenían miedo de ir a votar por la reprimenda que podrían sufrir por parte de sus maridos o padres puesto que el voto era exclusivo de los hombres y para entonces había poca tendencia de la liberación femenina.

“Sí sentó un precedente importante, pero tenía que ver con estas cuestiones, con esta preocupación de las mujeres sobre qué iban a decir los esposos o el papá o los hombres cercanos a su vida sobre si iban a votar y sobre por quién iban a votar”, explica en entrevista con El Sol de México.

Sin embargo, agrega la especialista, con el pasar de los años las mujeres fueron adquiriendo confianza al observar a otras mujeres cercanas a ellas que sí iban a votar, y que algunas incluso participaron como candidatas y ocupaban cargos en los gabinetes.

Sí sentó un precedente importante, pero tenía que ver con estas cuestiones, con esta preocupación de las mujeres sobre qué iban a decir los esposos o el papá o los hombres cercanos a su vida sobre si iban a votar y sobre por quién iban a votar
Claudia Benassini Félix, investigadora
Con la permanencia del derecho al voto de las mujeres, políticos como Miguel de la Madrid buscaron el voto femenino y regaló en su campaña presidencial sobrecitos de semillas con la leyenda: “Que las flores de estas semillas sean mi homenaje a las mujeres mexicanas”.

Al siguiente sexenio tocó el turno al expresidente Carlos Salinas de Gortari quien regaló, como propaganda, tortilleros, abanicos y pares de calcetitas blancas para niñas, con el nombre del priista bordado.

En sus campañas presidenciales, el perredista Cuauhtémoc Cárdenas hizo lo propio con aretes de gota que contenían en su interior el característico sol azteca del logo del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En fechas más recientes, el panista Felipe Calderón obsequió labiales rojos con la impresión del Partido Acción Nacional (PAN); la también blanquiazul Josefina Vázquez Mota regaló espejos de mano y tuppers; el priista Enrique Peña Nieto distribuyó comales forjados con su nombre.

Incluso, en las últimas elecciones presidenciales, se hicieron populares los peluches y muñequitas de crochet de la hoy mandataria Claudia Sheinbaum, así como de la excandidata opositora Xóchitl Gálvez.

Con el pasar de los años y numerosos objetos de propaganda de este tipo, las mujeres se abrieron camino en la vida política del país. A diferencia de 1955, “cada vez es mayor el número de mujeres que toman la decisión de por quién van a votar y que votan por esa persona”, comenta Benassini Félix.

Cada vez es mayor el número de mujeres que toman la decisión de por quién van a votar y que votan por esa persona
Claudia Benassini Félix, investigadora
Esto se ve reflejado, por ejemplo, en la participación electoral de las mujeres. Sólo en 2024, cuando por primera vez en la historia, una mujer asumió la Presidencia de la República, la participación de las mujeres fue de 64.3 por ciento, mientras que la participación de los hombres sumó 54.8 por ciento.

La investigadora Claudia Benassini Félix expone que aunque este tipo de propaganda es muy cuestionada porque tradicionalmente se cree que si un político da regalos, comúnmente piensan que las personas van a votar por ellos, y en realidad no es así, hubo momentos donde sí funcionó.

“Al primero que si le ocurrió esto, desde luego que este que tuvo resultados y como hubo resultados, pues se le ocurrió también a la competencia. O sea, si ustedes regalan por qué nosotros no”.

La especialista resalta además que algunos objetos de propaganda como los comales o mandiles también mantenían estereotipos de género.

“Bueno, era para las clases populares desde luego. Y entonces en este, digamos, esos regalos podrían percibirse como algo simbólico, si desde luego con un corte, con un sesgo de género (…) con el convencimiento de que ese tipo de regalos eran los que iban a ser aceptados, particularmente por las clases populares”.

“Un labial realmente no es, digamos, algo de primera necesidad, pero sí es algo que a la mujer le gusta, ¿no?”, concluye.

Con información de: elsoldemexico

CD/AT

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