En un canto al amor que no se rinde

Veracruz, Ver.- Hay artistas cuya voz no se mide en decibeles, sino en susurros que acarician el alma. Carlos Macías, el cantautor de la década, es uno de ellos. En cada verso, en cada melodía, en cada nota que brota de su piano o de su garganta, hay un eco de bolero antiguo, una confesión romántica, una herida abierta convertida en canción.

Su regreso a Veracruz, en el marco de su nuevo tour Renacer, no es solo una gira más: es una promesa cumplida al corazón de quienes han llorado, amado y esperado con su música como refugio. Carlos Macías y Sally G se presentan el 8 de agosto en el Foro Boca de Boca del Río, Veracruz y el 9 de agosto en Xalapa en el Gimnasio Nido del Halcón UV.

En esta travesía emocional, Macías unirá su voz con la de Sally G, la talentosa cantante cubana que ha sabido abrirse paso en la escena musical con elegancia, fuerza y dulzura. Su presencia no será un acto de apertura, sino un dueto del alma: dos sensibilidades afines, dos maneras de decir te amo o ya no puedo más, que se entrelazan sobre el escenario como en un viejo bolero compartido.

Sally G, con su carisma tropical y una entrega vocal que atraviesa cualquier frontera, interpretará parte de su repertorio más íntimo, incluyendo “Miénteme”, un tema que forma parte de su reciente producción Llegué sin permiso, una obra que huele a raíces, a libertad conquistada y a amores intensos.

Veracruz, cuna de trovadores y tierra que respira música, volverá a recibir al maestro con los brazos abiertos. Será el 8 de agosto cuando las olas del Golfo aplaudan su presencia en el Foro Boca, recinto consagrado a la excelencia artística, donde el mar y la música se encuentran en comunión. Y el sábado 9 de agosto, el Nido del Halcón en Xalapa —tan acostumbrado a vibrar con el clamor del deporte— se llenará de otra clase de pasión: la de las canciones que abrigan y estremecen.

El tour Renacer no podría tener mejor nombre. Para Carlos Macías, representa una etapa luminosa luego de los silencios impuestos por los tiempos inciertos. Es el regreso a la vida, al abrazo del público, al ritual sagrado de cantar con los ojos cerrados y el pecho abierto.

En esta gira, que no es solo una presentación sino un reencuentro con su público más leal, interpretará aquellas canciones que ya se han vuelto parte del ADN emocional de miles: “Divina tú”, “Amarte así”, “Olvidarte jamás”, “Cuando me vaya de aquí”, “Milagro” y tantas otras que llevan su firma, esa que mezcla la poesía del bolero con la verdad desnuda de la balada contemporánea.

Carlos Macías ha sido llamado con justicia el heredero de la gran canción romántica mexicana. Su estilo, profundamente arraigado en la tradición de autores como Manzanero o Juan Gabriel, se distingue por una autenticidad a prueba del tiempo. No canta para complacer modas, sino para aliviar almas. Cada vez que se sienta al piano, el público sabe que no solo escuchará canciones: vivirá pequeñas historias de amor contadas con el lenguaje universal de la música.

La química con Sally G se antoja inevitable. En ella, Macías ha encontrado una compañera de escenario capaz de equilibrar su hondura melódica con una frescura caribeña que llena de color y ritmo cada interpretación. Juntos, hacen del escenario un espacio de complicidad, de entrega mutua, de celebración del amor en todas sus formas: el que se declara, el que se pierde, el que arde, el que sobrevive.

El regreso del maestro a Veracruz no es un simple concierto. Es un acto de fidelidad al amor que no se rinde. Es la posibilidad de que, por un par de noches, los suspiros tengan música, las lágrimas encuentren consuelo y los recuerdos se canten al unísono con dos artistas que han hecho del sentimiento su materia prima. Carlos Macías y Sally G no vienen a entretener: vienen a tocar el alma.

Y en Veracruz, donde la música es religión y el corazón siempre está dispuesto a volver a creer, Renacer será mucho más que una gira. Será un milagro íntimo, una fiesta de emociones, una declaración de que el amor —aunque duela, aunque se esconda— siempre regresa cuando lo canta quien sabe nombrarlo.

CD/VC