Oct 03, 2021 / 13:01

Atraparían hasta cinco veces más dióxido de carbono con manglares

Al ser los que más CO2 absorben, activistas buscan sembrar un millón de propágulos para repoblar hectáreas al noroeste del país

LA PAZ, BCS.- En sus manos que utilizan para reforestar manglares, los integrantes de las comunidades costeras tienen el futuro no sólo de México por ser uno de los países más vulnerables al calentamiento global, sino de la humanidad, ante la emergencia por catástrofes naturales vinculadas a la elevación de la temperatura del planeta.Se trata de hombres y mujeres participando activamente en colaboración con la organización Costa Salvaje y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en la campaña para la siembra de un millón de mangles en el noroeste del país, con lo que México podría ponerse a la cabeza de la lucha contra el cambio climático.

El primer punto de atención es la Laguna San Ignacio, en la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, en Baja California Sur, donde de 2019 a la fecha se cumplió con 12% de la meta, al sembrar 120 mil propágulos de mangle (semillas o germinados) para reforestar 23.19 hectáreas.

“Es algo con lo que estamos ayudando no sólo a la comunidad, sino al planeta en general, dada la importancia de los manglares”, celebró Maray Peralta, habitante del campo pesquero El Delgadito, quien colabora de manera entusiasta con estas tareas.

Los bosques del mar llamados manglares son barreras naturales contra el fuerte oleaje, las tormentas y los huracanes, pero también uno de los más eficientes sumideros de carbono.

Celeste Ortega, manager de Conservación de Manglares de Costa Salvaje, explicó que de acuerdo con estudios científicos, el mangle atrapa hasta cinco veces más dióxido de carbono (CO2) que un bosque templado o una selva tropical.

El llamado carbono azul, que se aloja en las hojas, las ramas, el fango y las largas raíces tan características de los manglares, es de hasta 300 toneladas por año.

“Son los árboles que más dióxido de carbono absorben de la atmósfera, porque tienen la característica de capturarlo en todo su cuerpo, las ramas, las hojas, el tronco y las raíces, pero a diferencia de otros ecosistemas, tienen la capacidad de enterrar el CO2 en el lodo, en la arena”, detalló Fay Crevoshay, directora de Comunicaciones y Políticas Públicas de Costa Salvaje.

Las semillas para la reforestación son recolectadas de los propios mangles rojos de la región, que se siembran directamente en el terreno, a un costo de un dólar por cada planta, equivalente a 20 pesos mexicanos, principalmente por el pago de jornales a las personas.

Celeste Ortega destacó que no hay que perder de vista, que es más barato proteger, cuidar y conservar los manglares que cubrir los costos millonarios por los daños que provoca, por ejemplo, un huracán en las poblaciones cercanas a la costa.

Fay Crevoshay dijo que siempre serán de mucha ayuda recursos adicionales para acelerar los trabajos y abarcar más áreas, como ocurrirá en breve con la plantación de 43 mil 350 propágulos en el estero El Dátil, gracias al apoyo entregado por la Conanp a la comunidad, del Programa para la Protección y Restauración de Ecosistemas y Especies Prioritarias (Prorest).

¿Cuánto vale un manglar?

Bajo el concepto de capital natural, una hectárea de mangle rojo tiene un valor aproximado de 650 mil dólares por hectárea al año, alrededor de 13 millones de pesos, sólo en términos de aprovechamiento pesquero, de acuerdo con estimaciones de los reconocidos expertos Exequiel Ezcurra y Octavio Aburto.

Los manglares, además de brindar protección a las costas y capturar carbono, son proveedores de alimento y refugio para una compleja trama de organismos acuáticos.

En un artículo de la revista Investigación Ambiental, Ciencia y Política Pública editada por el Instituto Nacional de Ecología, Ezcurra y Aburto indican que la hojarasca que tiran los bosques de manglar se descompone en agua, en pequeñas partículas de materia orgánica que son consumidas por una red de invertebrados marinos.

“Para quien ha visitado un bosque de manglar, la placidez y la calma que se respira en los canales y bajo los árboles pueden esconder la vertiginosa productividad de este ecosistema.

Un bosque de manglar produce, en una hectárea, más de 10 toneladas de hojarasca al año, un valor comparable al de los pastizales ganaderos más productivos, y un gran número de especies de mar abierto penetran durante la fase juvenil de su ciclo de vida para aprovechar este torrente de alimento”, indican.

Algunas de las especies más importantes de las pesquerías de México que disfrutan de este festín de recursos que proveen las frondosas copas de los mangles son las langostas, los camarones, las jaibas, ostiones, almejas, sábalos, lisas, bagres, pargos y robalos, entre muchas otras.

Guerreras contra el cambio climático

Son la primera línea de defensa contra el cambio climático 14 integrantes del colectivo Guardianas del Conchalito, el manglar más urbano que existe en La Paz, debido a que la ciudad creció a su alrededor.

“Antes nos daba miedo este lugar, estaba sucio, lleno de escombros, perros muertos, palomilla drogándose, carros, basura, era un sitio sombrío. Ahorita es un lugar bonito, limpio, donde hay mucha tranquilidad”, indica Magdalena García Juárez.

Desde hace 10 años, este grupo de mujeres comenzó a cuidar un predio de 40 hectáreas con 14 hectáreas de manglar, dentro de La Ensenada de La Paz, en la colonia popular El Manglito, un escudo contra las tormentas y huracanes como Olaf el cual azotó la entidad.

Daniela Bareño Hurtado, también integrante, comentó que es un sueño que tenía en conjunto con sus compañeras cuando empezaron a vigilar y cuidar el manglar.

“La verdad ha sido muy padre, es una meta cumplida, es aportar un granito de arena a las nuevas generaciones”, consideró.

Además de realizar trabajos de restauración, protección y conservación del Conchalito, las guardianas obtienen ingresos con el aprovechamiento sustentable del callo de hacha y otras 10 especies de almejas y moluscos bivalvos, gracias a que obtuvieron el permiso de pesca a finales de 2016.

“Si bien el manglar no está concesionado, muchas de esas especies en algún momento de su vida habitan acá”, comentó Celeste Ortega, manager de Conservación de Manglares de Costa Salvaje.

Las guardianas consideran al Conchalito como un hijo que les permitió ser más independientes y realizarse como personas, a la par que ayudan con los gastos del hogar.

“Nos da independencia y nos empodera como mujeres.Entendemos muchísimas cosas porque al final queremos lo mismo que los compañeros, pero de manera distintacuidamos”, subrayó.

Celeste Ortega afirma que por el trabajo que realizan, el recurso que reciben es poco, comparado con el beneficio que todos obtenemos con la conservación del Conchalito, un manglar que vive en la zona urbana de La Paz.

El dato
Reforestación

La Laguna San Ignacio en la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, donde siembran 120 mil propágulos; y 43 mil 350 más en el estero El Dátil, en Baja California Sur.

CD/GL

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