Mar 09, 2022 / 12:05

Seguimos confundiendo el 8M con una celebración

Alma ciudadana

Alma Delia Hernández Sánchez

Como todos nos pudimos dar cuenta, el día de ayer fue el Día Internacional de la Mujer y respecto a las diferentes acciones que vi a lo largo de la jornada, les comparto muy respetuosamente mis conclusiones:

  • Seguimos confundiendo el día con una celebración, y no hemos asimilado que es una conmemoración, que lo que busca es generar conciencia social sobre el reconocimiento y respeto a los derechos de las mujeres, así como de la importancia de fomentar la no violencia hacia nosotras.
    Aun así, reconozco la buena intención de aquellos que se hicieron presentes con motivo del 8M.
  • Para ser escuchadas y respetadas, las mujeres debemos empezar por unirnos y respetarnos, así como reconocernos entre nosotras.
    No hay peor violencia de género, que la que viene del mismo género.
  • Este día no se trata de acrecentar la brecha que existe entre hombres y mujeres; no se trata de generar mensajes de odio hacia ellos y mucho menos involucrar a niñas y niños en los mismos.
    La educación que les damos en casa hablará por sí sola.
  • No sé qué fue peor, si los casos de indiferencia o hasta críticas de algunas mujeres ante esta conmemoración, desconozco si es causado por su falta de interés o de conocimiento (o hasta de razonamiento); o el aparente arribismo de muchas otras que nunca habían manifestado interés, pero que ya han detectado la importancia y trascendencia del tema en el ámbito político-social y no dejaron pasar la oportunidad.
    Cualquiera de las dos me parece digna de abucheos, aunque no dejo de aplaudir la persistencia y resistencia de las que desde hace años han abierto el camino y siempre es un gusto saberlas en activo y quiero pensar que posiblemente con su convicción han contagiado a quienes antes no veían la desigualdad como un punto importante de la agenda mundial.
  • Los espacios de alto nivel en la Administración Pública ocupados por mujeres, no indican que exista la real participación equitativa y autónoma de las mismas, ni tampoco que sea la forma de combatir la violencia en razón de género, a mi parecer algunas viven todo lo contrario con tal de seguir ostentando el cargo.
    Necesitamos que haya mujeres con poder en el poder; necesitamos justicia social.
  • Apoyo y respeto las formas de manifestación, más no comparto la agresión ni la afectación a terceros. Nuestro derecho termina donde comienza el de otra persona.
  • Reafirmo que los cambios a los que aspiramos como sociedad, empiezan con las acciones visibles o no, de cada uno de nosotros para ser mejores ciudadanos. No esperemos que las cosas cambien si nosotros seguimos haciendo lo mismo.
    Mi humilde reconocimiento a todas y todos aquellos que día a día se ocupan de visibilizar y apoyar a las mujeres, por apoyar el reconocimiento, defensa y pleno ejercicio de derechos; por buscar y abrir oportunidades, espacios y paridad para nosotras, por luchar para que salgamos sin miedo y regresemos a nuestras casas.
    Aún quedan retos y temas pendientes para las autoridades y para la población; desde mi trinchera, como lo he hecho desde hace ya algunos años, seguiré abonando en la prevención y detección de violencia, así como tratar de fomentar la participación ciudadana informada, congruente y consciente. Cada quien puede y debe hacer algo dentro de sus posibilidades para lograr el cambio que tanto anhelamos; recordemos que no estar en el problema, no significa que no seamos parte la solución.
    Y a Ustedes, ¿qué les deja el #8M2022?

CD/YC

* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Cambio Digital.

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