En Veracruz no tardando empieza a salir a la luz pública la disputa por el poder que hay en algunos municipios. Llegaron muchos alcaldes jóvenes y que bueno, se necesita la fuerza y la energía suficiente para gobernar un municipio. Atrás quedaron los tiempos de hacer trabajo político desde la hamaca y en el confort. Hoy más territorio y menos escritorio como dicen los de Morena.

Y es que en algunos municipios, sobre todo en los rurales las esposas o esposos según sea el caso se han apoderado del control político. Como dice el dicho: El que nunca ha tenido y llega a tener, loco se quiere volver.

Un presidente municipal que llegó a los 29 años de edad al cargo de elección popular confesó que en muchas ocasiones se pierden en el camino algunos homólogos porque no tienen la idea clara hacia donde llegar. Le gana la ambición del dinero.

Hoy en su segunda ocasión de alcalde y a sus 40 años de edad tienen bien fijada su meta. Sabe que gobernar bien le puede dar otras oportunidades en otros ámbitos, pero no se tiene que perder, claro, acepta que el poder en ocasiones puede marear pero hay que tener muy claro, remarcó, muy claro que no hay que perder el camino por el cual buscaron el cargo que es llevar servicios públicos y atención a la ciudadanía a la cual se deben.

La ruta es crítica para un alcalde, hay muchos que se acercan para decirles que todo marcha bien, que son lo máximo, ellos perciben eso como seres humanos, pero el dinero no los debe enloquecer, hay que estar muy atento ya que es una línea muy delgada que los puede apartar de la esencia que es el pueblo.

CD/YC